La ciudad de Natal y otros municipios del estado de Rio Grande do Norte, en el noreste de Brasil, registraron una ola de ataques coordinados por una facción criminal, informaron este jueves fuentes oficiales.
«Tuvimos nuevos ataques a lo largo de la última madrugada», señalaron a EFE fuentes de la Secretaría de Seguridad Pública de Rio Grande do Norte.
Los altercados de las últimas horas se han producido a pesar de la presencia de tropas de la Fuerza Nacional, un cuerpo de élite de la Policía, enviadas por el Ministerio de Justicia en la víspera.
Desde la madrugada del martes, se han reportado tiroteos e incendios contra vehículos, comercios, bancos y sedes de organismos públicos en más de una veintena de localidades de Rio Grande do Norte.
LOS ATAQUES
El número de los ataques ha ido disminuyendo desde entonces, pero la propia gobernadora de Rio Grande do Norte, Fátima Bezerra, reconoció en la víspera a los periodistas que aún no se ha vuelto a la normalidad.
Entre la noche del miércoles y la madrugada de este jueves, grupos de sospechosos, vinculados al parecer a la banda «Sindicato del Crimen», prendieron fuego a vehículos en Natal, la capital regional, así como en otras localidades, como Joao Câmara y Sao Paulo do Potengi.
También quemaron un supermercado en São Gonçalo do Amarante, según el portal G1, del grupo Globo.
Ello ha obligado a suspender los servicios de transporte municipal en Natal, que cuenta con cerca de 900.000 habitantes, y en otras localidades de la zona metropolitana.
Según el último balance oficial, desde que se desató la crisis, la Policía Militar ha detenido a 57 sospechosos y confiscado 46 artefactos explosivos, 15 armas de fuegos y 10 bidones de gasolina, además de dinero, drogas y municiones.
Hasta el momento, dos sospechosos han muerto en enfrentamientos con la Policía. Uno de ellos era apuntado como uno de los organizadores de la ofensiva criminal y fue abatido en Joao Pessoa, capital del vecino estado de Paraíba.
También se investiga el asesinato de un comerciante y su posible relación con la ola de ataques.
SOSPECHAS
Las autoridades brasileñas sospechan que detrás de los graves disturbios está el Sindicato del Crimen, una banda que domina el tráfico de drogas en la región y opera desde el interior de las cárceles.
El Sindicato del Crimen nació hace una década como una disidencia del Primer Comando de la Capital (PCC), que es la mayor organización criminal de Brasil y tiene ya ramificaciones en otros países de Latinoamérica.
Las investigaciones preliminares indican que el caos sembrado en los últimos días en Rio Grande do Norte es una respuesta al reciente endurecimiento de las políticas públicas de combate al crimen y a las malas condiciones del sistema penitenciario regional.
Organismos de derechos humanos denuncian que no se respetan las condiciones mínimas a las que los presos tienen derecho.
El gobierno anunció el miércoles el envío a Rio Grande do Norte de una fuerza federal de agentes penitenciarios para coordinar la «vigilancia y custodia de presos».
Sin embargo, «dentro de las unidades, la situación está bajo control. No hay ningún motín, ni tentativa de fuga, nada fuera de lo normal», señaló a la AFP la Secretaría de Administración Penitenciaria del estado