Con una tijera, intentaron matar a un hombre en el centro de Paraná. Sufrió heridas en la cabeza, en un brazo y una axila. Vecinos intentaron frenar la hemorragia, pero la ambulancia no venía por lo que fue trasladado en un patrullero.
Un hombre que oficia de cuidamotos en la neurálgica esquina de calles España y Pellegrini, de Paraná, fue atacado por un sujeto que tras clavarle al menos en tres ocasiones una tijera, lo dejó tirado en la calle desangrándose, mientras se retiraba del lugar con tranquilos pasos, hasta que fue interceptado a una cuadra por la Policía.
El hecho ocurrió apenas pasadas las 16, en medio de un intenso tránsito de vehículos y peatones que se aprestaban a comenzar la actividad comercial vespertina en el microcentro paranaense.
Fueron los gritos desesperados de quienes no podían creer lo que acababan de ver, que alertaron a los uniformados, diciéndole que el que acababa de apuñalar a un hombre en medio de decenas de testigos, se alejaba caminando, como si nada hubiera pasado.
Mientras tanto, dos mujeres, una de ellas ?según comentarios en el lugar?, médica y otra con un gran sentido humanitario, atendieron a Jorge Dionisio Gutiérrez, de 60 años, en todo momento, incluso, una de ellas sin guantes de protección, saltando por alto quizá su propia seguridad, no midió distancia, solo para brindarle al herido la presión necesaria sobre las heridas, usando solo sus manos, las prendas que tenía a mano y finalmente pañales descartables que alguien buscó en la farmacia situada en la esquina donde ocurrió el hecho.
Mientras Gutiérrez era asistido por quienes la suerte le puso en su camino, su voz se iba haciendo cada vez más débil y llegó a balbucear que «fue Dani?esto fue por un crédito que sacamos a medias una vez y? pero fue hace mucho tiempo, él fue cuñado mío. Por favor avísenle a mi hijo lo que me pasó», expresó, mientras mucha gente aprestaba sus teléfonos móviles para colaborar con la petición del hombre.
Las mujeres que lo asistían ya no podían contener con facilidad la profusa hemorragia y un espeso hilo de sangre comenzaba a recorrer el declive del pavimento.
«¡Por favor, que alguien insista por la ambulancia!», gritó nuevamente una de las mujeres que lo asistía, mientras su rostro demostraba el denodado esfuerzo por mantenerlo despierto y contenido.
«No tienen ambulancia», gritó uno de los policías que estaba constantemente reclamando por el vehículo de emergencias, ante lo cual varias voces de ocasionales transeúntes que se horrorizaban por lo que estaban viendo comenzaron a exigir «Cárguenlo en un patrullero, ¿o van a dejar que se desangre?».
Finalmente, alguien tomó la decisión. Si bien los policías conocen que se les ha vedado el traslado de personas heridas, en muchos casos temiendo causar un mal mayor a algún accidentado o simplemente por cuestiones de protocolo de emergencia, alguien tomó el riesgo y una de las camionetas de la Policía de Paraná arrancó y el chirriar de los neumáticos dio la pauta de que la determinación de no esperar más estaba tomada. Entre varias personas lo colocaron en la caja de una de las utilitarias y sin abandonarlo un segundo, las dos samaritanas se afirmaron en los laterales de la chata patrullera y con balizas y sirenas partieron raudamente hacia el Hospital San Martín.
Poco después trascendió que un sujeto que podría ser de apellido García, había sido detenido por una patrulla policial y puesto a disposición de las autoridades.
En tanto, Gutiérrez quedo internado en el Hospital San Martín, donde afortunadamente llegó con vida y fue estabilizado por los médicos de guardia.