El Gobierno sigue de cerca la evolución de la caída del Silicon Valley Bank, el Signature Bank en Estados Unidos y la abrupta adquisición del Credit Suisse por UBS, que podrían provocar una crisis global que complicaría seriamente a la endeble economía argentina.
Tensión en Casa Rosada
Alberto Fernández y Sergio Massa analizaron anoche la decisión asumida por la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y otras entidades crediticias del G7 para evitar que convulsione el sistema financiero como consecuencia de la caída del Silicon Valley Bank, el Signature Bank en Estados Unidos y la abrupta adquisición del Credit Suisse por UBS
Según reporta Infobae, Alberto Fernández en Olivos y Sergio Massa en el Palacio de Hacienda -recién aterrizado de Panamá- cruzaron mensajes por WhatsApp y llamadas por celular para analizar la decisión tomada por la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra, entre otras autoridades monetarias del G7, destinada a permitir que los bancos privados alrededor del mundo tengan acceso a un flujo constante de dólares ante una eventual corrida global como consecuencia de las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos y la sorpresiva adquisición de Credit Suisse por UBS.
Reservas endebles
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) tiene escasas reservas y una crisis global puede causar un efecto dominó que implicaría profundizar la tendencia en la liquidación de activos en pesos para buscar protección en el dólar blue. El Banco Central tiene poco poder de fuego para aplacar la suba del dólar paralelo y ese incremento provocado por un hecho global se trasladaría inmediatamente a los precios de la canasta familiar.
Es decir: si la medida coordinada ayer por la Reserva Federal no funciona como un cortafuegos, el mercado local puede sufrir un alza abrupta del dólar y una caída vertical de las reservas, y a continuación habría un aumento indiscriminado de los productos de consumo masivo. En el actual estado de la economía domestica, este eventual escenario significa una mayor inflación y una debilidad consecuente del plan de estabilidad que se empuja desde el Palacio de Hacienda.
Aislados del mundo
Pero Argentina no tiene posibilidades de acceder al flujo de dólares que dispusieron las autoridades monetarias del G7, y tampoco puede proponer una acción coordinada con Brasil para blindar ambas economías ante una posible avalancha financiera que inicia en Estados Unidos y Europa y puede terminar barriendo a los países pobres y de medianos ingresos.
En este contexto, el Banco Central necesita que el Fondo Monetario Internacional (FMI) apruebe el desembolso de 5.400 millones de dólares atados a la revisión del cuarto trimestre de 2022. Pero la reunión del directorio del FMI se pasó para el 31 de marzo, y recién ese día se girarán las partidas desde Washington.