Los comercios ya muestran en tickets y góndolas el detalle de los impuestos nacionales desde la semana pasada, cuando entró en vigencia la segunda etapa del Régimen de Transparencia Fiscal, iniciativa que se sancionó a mitad de 2024 y surgió por parte de la ONG Lógica, que llevó el proyecto al Congreso.
La discriminación que el 1° de abril implementaron en comprobantes de venta comercios más chicos −que se sumaron a grandes cadenas, que ya lo hacían desde el 1° de enero− y la exhibición en etiquetas y folletos −obligatorio para todos los negocios− reflejan el peso que la carga tributaria tiene en el precio final que paga el consumidor.
Los productos se encarecen hasta un 56% en algunos casos por la incidencia del IVA de hasta un 21% y de los impuestos internos, que van desde el 4% al 35%. Estos últimos se aplican sobre el precio sin IVA y solo a bebidas alcohólicas, extractos y concentrados, seguros, servicios de telefonía celular y satelital, objetos suntuarios y vehículos.
Así, la mayoría de los establecimientos adaptó sus sistemas y llegaron al 1° de abril con los cambios hechos que la Ley 27.743 exige, para así evitar las multas estipuladas en la Resolución General 5614/24 de ARCA, la exAFIP, que dispone clausuras de dos a 10 días.
Las principales cadenas de supermercados y comercios de barrio ya muestran en sus flejes de góndolas, etiquetas y folletos el precio bruto (con impuestos) y neto (sin ellos) con la leyenda “Régimen de Transparencia Fiscal al Consumidor (Ley 27.743)”.
Por caso, un detergente marca Magistral de 500 milímetros cuesta en una de las principales cadenas $ 3.309,99, pero sin los impuestos nacionales la etiqueta muestra que saldría $ 2.735,53, un 17,3% menos.
El precio sin impuestos está señalado en tamaño pequeño para no confundir al consumidor.El precio sin impuestos está señalado en tamaño pequeño para no confundir al consumidor.
Almacor, un súper de Córdoba, incluye desde el martes pasado los precios sin impuestos en sus folletos de publicidad. Cortes de carne por 1 kilo de costilla o chorizo de cerdo, bola de lomo, nalga y riñón se encarecen un 9,5% con los impuestos; mientras que la yerba Playadito de 1 kilo y el jabón líquido Ace de 500 milímetros tienen una sobrecarga del 17,3%.
Al inicio, los supermercados objetaron que el efecto deseado podría generar lo contrario a lo buscado: una sobreinformación que confunda al consumidor, al mostrar el doble de información que hasta ahora había en góndolas y etiquetas. Al final, se resolvió señalar la leyenda en un tamaño más pequeño.
Heladerías y panaderías ya se adecuaron también. En los tickets de Lucciano’s ya se ve que el IVA representa un 17,3% del precio de venta: de dos helados que salen $ 11.100, el impuesto significa $ 1.926,45.
En los productos panificados, el IVA implica un 10,5%. Así lo muestra un ticket de confitería Dos Escudos. En cuatro facturas por $ 3.800, el impuesto significa $ 361,09.
En las plataformas de venta online también ya aparecen detallados los precios sin la carga impositiva. En Mercado Libre, una freidora de aire marca Atma que está con un 49% de descuento señala que sin los impuestos nacionales el artefacto costaría $ 62.809, un 17,3% menos, en lugar del precio final de $ 75.999 al que está publicado.
Sin los impuestos, una freidora de aire Atma costaría 17,3% menos que el precio al que se vende.Sin los impuestos, una freidora de aire Atma costaría 17,3% menos que el precio al que se vende.
En autos, a un Toyota Yaris se les aplica un 17,3% de IVA (a utilitarios y pick-ups solo un 10,5%). Este caso queda afuera del impuesto al lujo, que se derogó para la primera escala, para autos de menos de $ 75 millones.
Por eso, la página oficial de la automotriz publica el modelo XS 1.5, el de entrada de gama de la compañía, a un precio sugerido al público de $ 22.648.000 y especifica que sin la carga tributaria nacional costaría $ 18.717.355,37, una diferencia de $ 3,9 millones.
Un Toyota Yaris tiene una diferencia de casi $ 4 millones por los impuestos.Un Toyota Yaris tiene una diferencia de casi $ 4 millones por los impuestos.
Fuente: Clarín