Oscar Parrilli, hombre más que cercano a la vicepresidenta Cristina Kirchner, fue hasta la casa en donde la dirigente social cumple con prisión domiciliaria. La líder que se encuentra con prisión domiciliaria es una pieza incómoda ubicada en una de las grietas grandes que presenta el Frente de Todos.
“Sepan que hablo con Milagro (Sala), y pienso permanentemente en lo que le pasa a Milagro (Sala)”, había afirmado un día antes el presidente Alberto Fernández durante un acto que se llevó a cabo en el barrio de San Cristóbal para homenajear a las víctimas de la última dictadura cívico militar. Esas declaraciones llegaron a oídos de la líder de la agrupación Tupac Amaru y salió rápidamente a desmentirlo. “Hace más de un año que no habla conmigo”, sentenció el jueves pasado la dirigente social.
En medio de estas declaraciones desencontradas, el senador Oscar Parrilli, que pertenece al círculo íntimo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, contó en sus redes sociales que fue a visitar a Milagro Sala a su casa, en Jujuy, donde cumple con prisión domiciliaria por los delitos de asociación ilícita en carácter de jefa, fraude a la administración pública y extorsión.
“Hoy visité a Milagro Sala en su lugar de detención, su casa en Jujuy. Hace casi seis años que está presa sin condena firme”, escribió Parrilli junto a una foto donde se los ve estrechando las manos en la puerta de entrada de la vivienda.
Y recordó que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, “que en semanas resuelve los casos de la corporación judicial y de los grupos económicos, en especial de Clarín, tiene desde el 18 de marzo de 2020 en sus manos la libertad de Milagro Sala”.
“Casi dos años para resolver una causa con presos…”, sentenció el senador del Frente de Todos, quien pidió por una “Navidad sin presos políticos”.
“No podemos guardar silencio ante semejante injusticia y atropello a la dignidad humana”, sentenció mientras los grupos ultra K le siguen pidiendo a Alberto Fernández por un indulto.
“A mi me metió presa la política, y la política es la que tiene que resolver la situación”, repite una y otra vez Milagro Sala cada vez que es entrevistada por algún medio.
En contrapunto a los dichos del presidente Fernández, quien en el acto porteño abogó por “una Justicia mejor”, Sala dijo: “Qué Justicia podemos pedir que nos liberen, cuando la Justicia acá en Jujuy está cooptada por amigos y afiliados de la Unión Cívica Radical. No se en quién confía”.
“Esta situación no da para más, siendo que Argentina es uno de los países que se habla muchísimo en defensa de los derechos humanos. (Alberto Fernández) Dijo que no se puede soportar que esto pase, entonces es como que te contradecís porque por un lado decís que no se puede soportar, pero por el otro lado tenés presos políticos”, analizó Sala.
Milagro Sala fue condenada a 3 años y 6 meses por los delitos de daño agravado y amenazas coactivas, en calidad de instigadora, contra el entonces senador y hoy gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, en 2009.
Además, tiene otras tres condenas previas. Primero fue condenada a 4 años en la causa de Lucas Arias, un dirigente de la organización Corriente Clasista Combativa (CCC) agredido dentro de las oficinas del Ministerio de Infraestructura de Jujuy, luego a 2 años por las amenazas de bomba a policías de una comisaría de la ciudad de San Salvador de Jujuy, y por el expediente denominado “Pibes Villeros”, más conocido por los bolsos con dinero en efectivo que se retiraban del banco. En esa causa recibió una condena a 13 años de prisión.
Mientras el Presidente viene asegurando desde el año pasado que “en Argentina no hay presos políticos”, la mano derecha de su Vicepresidenta también lo desmintió y las internas sobre cuestiones políticas volvieron a aflorar luego de la imagen de unidad que intentaron mostrar en el acto por el día de la democracia celebrado en la Plaza de Mayo.