En medio de la interna del PRO, Mauricio Macri se alejó del ruido. Siguió con atención los acontecimientos domésticos, pero Madrid y Londres fueron más cálidos que la aspereza de Buenos Aires. Había pasado una semana crucial para el Gobierno de Javier Milei y también para el ex presidente. Los mercados empezaron a rugir desde el lunes pasado, como reacción a las medidas de política monetaria que el Palacio de Hacienda anunció el 28 de junio.
Ese mismo lunes se conoció también el informe de la Fundación Pensar, think tank del macrismo. El texto era crítico con la Casa Rosada. Fue un punto de inflexión. Después, a mitad de semana, vino el duelo con Patricia Bullrich. La ministra fue aislada de la Asamblea partidaria por el macrismo y el PRO se partió. Pero Macri ya había cruzado el Atlántico.
Mientras la Asamblea del PRO sesionaba en Abasto para correr a Bullrich, Macri circulaba por la Gran Vía con Nacho Bongiovanni, economista de la Fundación Libertad de Rosario. Esa institución había invitado al ex presidente a un evento liberal en España. Y allí fue. Por teléfono, el ingeniero recibía reportes desde Balvanera sobre la situación interna del PRO.
El 4 de julio era la fecha para renovar autoridades de la Asamblea del PRO, órgano que define las alianzas electorales del partido. En un acuerdo de palabras, Macri había pactado que la presidencia de ese ente sería para Bullrich. Mientras que él asumió como jefe del partido, al frente del Consejo Directivo, el espacio principal de toma de decisiones en el PRO. Pero las diferencias políticas entre ambos y los tironeos por la relación con Milei rompieron ese trato.
Y también rompieron al PRO. La sesión terminó en escándalo, con gritos y reproches. El macrismo bloqueó el desembarco de Bullrich en la Asamblea y, en su lugar, ungió al diputado nacional Martín Yeza como presidente del organismo. Fin de la relación entre el macrismo y el bullrichismo. “Se quedan con un partido chiquito, de amigos, de perdedores”, disparó, letal, Pablo Walter, uno de los operadores políticos de mayor confianza de la ministra de Seguridad. Fue la síntesis de una ruptura anunciada.
Las turbulencias en el PRO y, por elevación, entre Macri y Milei, pusieron en duda la participación del ex presidente en el Pacto de Mayo de Tucumán. Hasta ayer a la mañana, de hecho, permanecía la intriga. A horas de ese acontecimiento político, una imagen le sumó incertidumbre.
En medio de la platea del estadio de Wimbledon, Macri estaba sentado, de traje y corbata, mirando con atención el césped sobre el que se juega uno de los torneos Grand Slam de tenis. Era sábado en la mañana de Londres. El ex presidente había volado desde Madrid para ver el partido Francisco Comesaña, tenista argentino que buscaba avanzar en esa competición. El marplatense, finalmente, cayó ante Lorenzo Musetti.
En el Gobierno había inquietud sobre la participación de Macri en Tucumán. Tenía lugar en un chárter oficial para esta noche. Pero no había, aún, confirmación. De pronto, el suspenso se desvaneció. Desde Europa, el ex presidente le hizo saber a Milei que estaría presente en la firma del Pacto de Mayo.
La foto de “unidad nacional” que impulsa la Casa Rosada coincide con días de tensión en la relación con el PRO. Macri comenzó un operativo diferenciación que tuvo como punto máximo la decisión de correr a Bullrich del partido amarillo, algo que extremó la interna partidaria y, por elevación, el vínculo con Milei.
No obstante, Macri aplicará cortesía política y estará hoy en San Miguel de Tucumán para estrecharse en un abrazo diplomático con Milei. En el Gobierno pasaban lista sobre qué invitados estarían presentes en la capital tucumana y casi todos los asientos de ex presidentes estaban vacíos. Cristina Fernández de Kirchner, Alberto Fernández y Eduardo Duhalde hicieron saber que no estarán. Así como también Isabel Martínez de Perón. Por eso, Macri será el único ex mandatario que fue electo popularmente en esa foto. Será, también, un síntoma de distensión tras una semana turbulenta en la relación con el Gobierno.
La chispa que expuso las diferencias entre Macri y Milei fue un informe de la Fundación Pensar que reveló Infobae el lunes. María Eugenia Vidal, presidenta del think tank del PRO, dirigió la confección de un documento que llevó su firma y la del ex presidente en la que hicieron un balance de los seis meses del Gobierno.
Hubo críticas a la gestión, a la dinámica parlamentaria, a los números e índices de actividad económica. El documento señaló aspectos que generaron irritación en el Gobierno. Manuel Adorni, vocero presidencial, aplicó una respuesta displicente al tema en la conferencia que dio el martes en Casa Rosada. “Ni lo leímos”, soltó el comunicador. Tanto el informe de Fundación Pensar como la nota de Infobae había deambulado por grupos de WhatsApp del oficialismo y había sido motivo de comentarios entre algunos funcionarios de alto rango durante la tarde del lunes.
Este contexto puso en funcionamiento una nueva etapa política. Con la “Segunda Fase” del Gobierno de Milei en marcha, Macri también activó el segundo semestre para el PRO. Mantuvo silencio público hasta la aprobación de la Ley Bases. Sólo hizo apariciones contadas para respaldar a la Casa Rosada y pedir aval al proyecto del oficialismo. Comenzó a soltar críticas, aunque en reserva y de forma sutil, pero que no puso sobre la arena pública en primera persona.
Macri prepara en este contexto un gran acto político de lanzamiento del PRO. Lo hará en agosto y convocará a cientos de dirigentes del PRO de todo el país, intendentes y gobernadores partidarios. Será una muestra de volumen político de cara a 2025.
Además, empezará a marcar diferencias públicas con el Gobierno en temas que considere pertinente. Será un apoyo a Milei pero con equidistancia y autonomía. Buscará señalar falencias en la implementación de políticas.
Además, impulsará una agenda legislativa propia en el Congreso y discutirá punto por punto de las leyes que presente la Casa Rosada. De igual modo, sigue de cerca las negociaciones por los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla a la Corte Suprema que promueve Milei. Tiene reparos sobre la postulación del juez federal. Y los dará a conocer de un modo u otro.
Al mismo tiempo, planea darle un anclaje más federal al PRO. En ese sentido, Ignacio Nacho Torres, gobernador de Chubut, propuso hacer una reunión de la Mesa política del PRO en su provincia. Aún no se confirmó fecha, pero el chubutense busca que se concrete en el segundo semestre y que cuente con la presencia del propio Macri.
La Segunda Fase también está en marcha para el PRO.
Fuente: Infobae