La empresa José Cartellone Construcciones Civiles SA, que tiene a su cargo la transformación en autovía de la ruta N° 18, suspendió por 20 días y sin goce de sueldo a la totalidad de los trabajadores, 150 personas.
Notificados de la situación los obreros, con el patrocinio sindical de la Uocra, comenzaron una protesta en rechazo a la medida que llenó de incertidumbre su futuro y el de sus familias.
En el obrador apostado sobre la ruta N° 32 a metros del empalme con la N° 18 quemaron gomas y ayer con la presencia de directivos de la empresa, del secretario adjunto de la entidad gremial, Hugo Salazar y de la Secretaría de Trabajo de la provincia, rubricaron un acta en donde se deja constancia del estado de asamblea que están llevando adelante. Los trabajadores además pretenden sostener el reclamo al menos «durante los 20 días» de suspensión.
Así lo manifestó el delegado de la Uocra, Pedro Díaz, en diálogo con El Entre Ríos y comentó que al parecer «hay una cuestión técnica contable que debe modificarse». Mientras tanto, autoridades de Vialidad Nacional les informaron que se hace necesaria «una auditoría» de la obra, una tarea que llevaría entre tres y seis meses. Durante ese lapso la empresa no certificaría trabajos, por ende no cobraría lo presupuestado. Ése es el argumento de Cartellone para explicar las suspensiones.
La obra lleva un «65 por ciento» de avance, precisó el delegado Díaz respecto a este tramo, uno de los cuatro que fueron adjudicados en 2011 por el Gobierno Nacional a distintas firmas encargadas de cambiar la estructura de la vía que une las dos costas, desde Paraná a Concordia.
«Creemos que las cosas se tienen que investigar y más cuando hay un cuestionamiento de la obra pública. Entendemos que se haga una auditoria de principio a fin, pero si esto llevará tantos meses y tenemos trabajo por dos años más hasta la finalización, queremos que se haga la auditoría sin necesidad de despedirnos. Hay trabajo y están los fondos», reflexionó el delegado.
En el escenario actual, una de las posibilidades que más temen los trabajadores es que el día 20 de julio cuando finalice la suspensión, sean despedidos y la obra tan necesaria por seguridad, producción y desarrollo, sea postergada.
