Por Osvaldo A. Bodean, publicado por www.elentrerios.com
«La Argentina de la competición empieza cuando todos los chicos están en el colegio y todo el mundo está sentado a la mesa, como mínimo».
La frase le es atribuida al Papa Francisco. Tiene tanta sustancia como para inspirar un programa completo de gobierno y una equitativa asignación del presupuesto. Hasta un acuerdo entre todas las fuerzas políticas. Pero…
Es un pensamiento aún más provocador si se lo lee desde Concordia, la capital «política» de Entre Ríos, la ciudad que pone y saca gobernadores y que casi nada sabe de alternancias partidarias, cuyo máximo entretenimiento político es la interna peronista, puesto que de ella, más que del acto electoral propiamente dicho, suelen salir los nombres de quienes conducirán la ciudad y la provincia.
NIÑOS SIN ESCUELA NI MESA FAMILIAR
El punto es que, mal que nos pese, tomando los dos indicadores a los que alude Francisco, no es exagerado afirmar que en la «capital nacional del citrus» la deserción escolar campea a sus anchas y miles de niños se alimentan en comedores en vez de hacerlo en sus hogares.
El padre Andrés Servín, tras 45 años de entrega a los más pobres de Concordia, partió a la patria celestial angustiado porque la deserción escolar crecía y crecía, no ya en secundaria sino en los primeros grados de la primaria. «Un niño sin escuela tiene quebrada el alma», decía. Era frecuente -demasiado frecuente- verlo en los velatorios despidiendo con pesar a gurises, adolescentes, a quienes había visto crecer, víctimas de enfrentamientos entre bandas; pibes que antes que las balas los mató la exclusión, la ignorancia, la droga y la desesperanza.
Obvio, Concordia no es sólo pobreza. Es una ciudad maravillosa, fascinante, de estratégica ubicación, con bellos atractivos turísticos, con una movida cultural rica, con empresarios hábiles, con una historia ligada a gestas heroicas.
Concordia es todo eso y mucho más que eso. Pero también es, aunque no caiga simpático decirlo, pobreza. Pobreza estructural, tan arraigada que no retrocede ni siquiera cuando el país crece. Sus profundas desigualdades permanecen intactas, con escuelas de primera para los niños ricos y otras de cuarta para los pobres. Con desnutridos por generaciones. Con pobres usados por la mala política y, cada vez más, captados por el narcotráfico, que les promete una salida aunque los hunde todavía más.
EL «CORRAL ELECTORAL»
Edmundo Scattini, décadas atrás director de LT 15 Radio del Litoral, solía decir que Concordia y su pobreza eran algo así como el «corral electoral» que le garantizaba el poder a la dirigencia del peronismo. Para él, funcionaba más o menos así: había que contener a los pobres entre elección y elección, a base de dádivas y planes, y «acarrearlos» el día del comicio. Es una visión simplificada, claro, y, por tanto, incompleta. Pero valdría debatir si no incuba cuanto menos una parte de la verdad.
Si algo de cierto hubiera en eso del «corral electoral», convengamos que no podría existir sin la complicidad de la enorme mayoría de los ciudadanos, acostumbrados a este estado de cosas. Como si fuese lógico que haya barriadas interminables de casillas indignas. Como si fuera natural que miles de habitantes de Concordia estén dispuestos a saquear los bienes ajenos ni bien se presente una oportunidad, como ocurrió en 2013. En fin, como si acaso fuese posible cimentar el edificio de la paz y la seguridad sobre un volcán de necesidades insatisfechas.
Complicidad que quizá se parezca a una inconfesada pero asumida división del trabajo: que los peronistas gobiernen para «contener» a los pobres a cambio de que se entrometan lo menos posible en nuestros asuntos. Que siga el pobre en su pobreza pero que no joda.
UN TERCIO SOSTIENE A LOS OTROS DOS TERCIOS
No es viable una ciudad en la que, como describe el periodista Guillermo Pérez, sólo «un tercio» trabaja y «sostiene» a los otros dos tercios. «En los países desarrollados la tasa de actividad está por encima del 60% y en algunos pocos países europeos llega hasta el 80%. En Concordia, poco más de un tercio, precisamente el 36,2%, sostiene a los otros dos tercios», precisa.
O sea, el bajo desempleo que exhibe la ciudad en los últimos años obedece a que son muchos los que ni trabajan ni buscan trabajo, y por tanto desaparecen de la estadística.
EL EMPLEO COMO CUESTIÓN CENTRAL
«Más que nunca, gobernar será generar trabajo. Trabajo genuino», propone Pérez. Pero, con realismo, se lamenta: «En rigor, de empleo no se habla».
En efecto, no debería haber pre candidato que eluda cuestión tan crucial: proponer políticas para la generación de puestos de trabajo genuinos.
Pero no sería suficiente. Si se asentasen en la zona varias fábricas, así como están las cosas, los desocupados de los sectores más postergados seguirían como hoy en día. No le haría mella a la pobreza estructural. No califican para el empleo.
HACER DE CONCORDIA UNA GRAN ESCUELA
Sarmiento dijo que había que hacer del país una gran escuela. Concordia necesita algo semejante.
Si se asume la extrema pobreza como la máxima prioridad, si se entiende que el principio de la equidad es el que debe guiar las acciones, la inversión pública debería orientarse a prevenir la desnutrición infantil y a educar con calidad a los más postergados.
Si hubiera decisión política para erradicar la pobreza, harían falta no menos de 10 centros estatales de prevención de la desnutrición que apliquen una metodología similar a la de CONIN, premiada por su calidad a nivel internacional; no menos de 10 nuevas escuelas modelo destinadas a los niños más pobres; y otros tantos talleres de oficios debidamente equipados para enseñar a trabajar, como incansablemente pregonó Servin.
Equidad significa atender a cada uno según sus necesidades. Los padres suelen practicarla cuando refuerzan su apoyo al hijo enfermo o con una discapacidad. Un gobierno equitativo debería proponer que las mejores escuelas estén enclavadas en los barrios más pobres y no a la inversa, como ocurre hoy. Porque así como vamos, la brecha no hará más que agigantarse.
Se dirá que no hay presupuesto para hacerlo, que es fácil plantear algo así sin decir de dónde saldrá el dinero. Pero, ¿qué es primero?, ¿tener el dinero disponible y recién entonces decir en qué debemos ocuparlo? ¿O plantear con claridad e insistencia lo que urge hacer y, convencidos de ello, remover cielo y tierra para que los fondos aparezcan?
Si no lo intentamos, como dijo el consultor Jorge Giacobee, «no esperemos que los más pobres respeten a vida de nuestros hijos si a nosotros no nos importa la vida de los suyos».
2 comentarios en “Los pobres de Concordia, clave de la politica entrerriana”
TODO ESTO ES ABSOLUTAMENTE CIERTO, SON LOS MAS INDIGENTES E IGNORANTES DE LA CIUDAD LOS QUE VOTAN AL PERONISMO, NO SE DAN CUENTA QUE EL PERONISMO NO ES LA SOLUCION, PUES EL PERONISMO ES EL PROBLEMA QUE TENEMOS LOS ARGENTINOS DESDE HACE 72 AÑOS,: DURANTE ESOS 72 AÑOS NINGUN GOBIERNO QUE NO FUERA PERONISTA TERMINO SU MANDATO PUES EL PERONISMO SE LO IMPIDIO. PERO HAY ALGO MAS CON ESTO DEL PERONISMO EN ESOS 72 AÑOS EL PAIS FUE SIEMPRE PARA ATRAS, AL RESPECTO CONCORDIA ES EL MAS CLARO EJEMPLO LUEGO DE 32 AÑOS DE LA TREMENDA INCAPACIDAD DEL PERONISMO PARA GOBERNAR Y ADMINISTRAR, ¿NO ES ACASO CONCORDIA LA CIUDAD QUE PUNTEA CON FRECUENCIA LOS RANKING DE LAS CIUDADES MAS POBRE DEL PAIS. POR ULTIMO,¡¡¡QUE IRONIA!!!, LOS POBRES VOTAN A LOS RICOS DE CONCORDIA. EL BINOMIO PARA LA INTENDENCIA NO ESTA INTEGRADO POR CARENCIADOS: CRESTO, UNA DE LAS FAMILIAS MAS RICA DE LA CIUDAD, LO QUE NO SERIA UN PECADO, ME GUSTARIA QUE TAMBIEN FUERAN HONESTOS Y EN CUANTO A GAY, LOS INVITO A VER LA MANSION QUE TIENE EN LAS CALLES COLDAROLI Y COLON, ESQUINA NOR-OESTE, ALGUNOS, MUY POCOS DICEN QUE LA HABRIA HECHO TRABAJANDO, OTROS COINCIDEN Y SI TRABAJANDO CON EL VIVERO ZORDAN.
Osvaldo, me alegro que te acuerdes de mis dichos. Lo del «corral electoral» lo decía allá por el 89, cuando ni Menem ni los Kirchner estaban en la presidencia. Este país ha sido siempre un corral electoral, donde el peronismo, que para ni nunca existió como doctrina de nada, siempre ha fabricado pobres e ignorantes porque esa es la materia prima con la que elabora sus «éxitos» políticos. Cuando quieras la seguimos, tengo muchos años, pero todavía me funciona la cabeza.Un cordial saludo. No te contesté antes porque no había visto tu cita de mis palabras.
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