Los imanes que tenemos adheridos a su puerta recuerdan algunos viajes entrañables y, además, tiene unos cartelitos que pegamos hace mucho y que, por alguna razón, nunca quitamos. En uno de esos carteles, que es de la época de Menem, dice » El ajuste destruye la Univetsidad. ¡ Salvemos la Universidad Pública! Nuestros hijos lo agradecerán»
El yeso que tengo en una pierna, producto de una lesión, me olbliga a tener que pensar y calcular cada moviento. Mi natiral torpeza y las muletas son un combo explosivo. Una de la tareas que más requieren mi atención es la apertura y el cierre de la heladera. Los imanes que tenemos adheridos a su puerta recuerdan algunos viajes entrañables y, además, tiene unos cartelitos que pegamos hace mucho y que, por alguna razón, nunca quitamos. En uno de esos carteles, que es de la época de Menem, dice » El ajuste destruye la Univetsidad. ¡ Salvemos la Universidad Pública! Nuestros hijos lo agradecerán». Otro tiene una frase de Rabelais que dice » La ignorancia es la madre de todos los males». Y otro con una frase de Voltaire que dice » Decidí ser feliz porque es bueno para la salud».
Miro, desde mi inmovilidad obligada, esa puerta, que refleja, cono pocas cosas, el paso de los años y de la vida, y me invade un doloroso asombro que me totalmente perplejo.
Es realmente increíble tener que discutir y volver a defender la Universidad Pública después de toda el agua que pasó bajo el puente. Parecen, después de todo lo estudiado, luchado y realizado, increibles algunas de las consigas trasnochadas que se esgrimen en los tiempos que se viven. La postverdad nos está destruyendo. Cualquiera, con tal de justificar su posición, se anima a decir cualquier cosa sobre temas de los que no tiene la menor idea y comparan a una Universidad Pública con un quiosco. La relación de la Universalidad con la Ciencia y de la Ciencia con el progreso y el desarrollo integral de un país es algo que , parece, o no lo entienden, o directamente, no les interesa. O peor aún, lo saben y quieren destruir las bases del conocimiento a propósito. Voy a decir algo que hace mucho que no digo, pero que la situación me obliga a volver a escribir, «nadie es culpable de su ignorancia, todo lo contrario; lo que no debemos permitir es sentirnos orgullosos de ella». Sí algo me dió el haber estudiado lo que estudiado es darme cuenta de la cantidad de cosas que no sé. Es difícil el Camino. Las enseñanzas de Goebells, el propagandista del nazismo, están en la cresta de la ola » miente mucho que algo queda», decía. Y, desde el poder, la mentira constante, permanente y violenta, está haciendo estragos en nuestra sociedad.
El desfinanciamiento de las Universidades Públicas, de ninguna manera tiene razones económicas que lo justifiquen. El sólo ejemplo de que la quita del impuesto a los bienes personales a los sectores más ricos de la sociedad sea el triple de lo que la Ley de financiamiento Educativo vetada significaba para el presupuesto demuestra que las razones para el ajuste sean estrictamente de índole político. La Educación Universitaria Pública de ninguna manera es una prioridad para el Gobierno Nacional, como sí lo es para cualquiera de los países a los que soñamos con parecernos. Todo lo contrario.
Parece increíble que tengamos que discutir sobre esto. Es muy difícil explicar lo que es obvio. Pero tenemos que seguir haciéndolo a pesar de los agravios, la mentira, los ejemplos y las excusas sin sentido. Desde siempre sentí mi más absoluto desprecio por aquella persona que se apropió o malgastó un sólo peso del Estado. Digo esto, que debería ser innecesario a está altura de mi vida, para que ningún distraído o malintencionado empiece a rasgarse las vestiduras por los fondos del Estado ( que parece que no le importa cuando el Estado recauda menos beneficiando a los ricos o cuando, simplemente, recauda mucho menos de IVA debido a la tremenda recesión que las políticas implementadas por el gobierno provocó o al menos, agravó).
Ahora parece que los imanes de la heladera me miraran a mí. Incrédulos. Cansados de seguir diciendo esas verdades tan profundas que ya no deberían discutirse en una Sociedad que, como la nuestra, a pasado por tantos sinsabores fruto de ignorancia, la mentira y la violencia que ellas provocan.
La lucha por Universidad Pública es la lucha por la argentina toda. El mayor bien y capital de una Sociedad es la cultura de su pueblo. Y el ataque salvaje a las Universidades es un ataque al corazón de nuestra Cultura. Así de sencillo.
Casi de Perogrullo. Pero parece que hace falta.
Seguiremos en la lucha, tratando de hacerle caso a Voltaire.
Buenas noches.
Salú la barra.