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La euforia que empujó el precio de los Bonos argentinos se licuó en pocas horas en medio de la incertidumbre generada por el Gobierno

Es evidente que los bonistas del exterior han acumulado más deuda argentina de lo que hubieran querido. Entonces tras el primer repunte fuerte de precios después de las PASO, aprovecharon para vender títulos a mejor precio, frenando así el rebote. Hoy los bonos se encuentran de nuevo en los precios de antes de las PASO.

Bolsa de Comercio

La expectativa alcista en los bonos que se generó antes de las PASO a la espera de una derrota del oficialismo no se confirmó. En cambio, continuó en pie la estrategia de fondos del exterior y de tenedores de títulos de desarmar posiciones en activos argentinos.

Los bonos, que habían arrancado el lunes post PASO con subas de hasta 4%, no se mantuvieron en pie. La euforia inicial cedió y resurgieron las dudas y las bajas de los precios.

Ahora, los bonos se ubican en los niveles previos a las primarias: no solo se evaporó el rally inicial, sino que la deuda se ubica ahora en niveles debajo de los previos a las elecciones.

Los bonos habían iniciado el lunes posterior a las PASO con subas de hasta 4%. Las acciones de las compañías argentinas, en tanto, evidenciaron subas de hasta 20%, como en el caso de Grupo Financiero Galicia y otras acciones del sector financiero.

Sin embargo, a medida que transcurrieron las horas, la euforia inicial comenzó a  ceder y las dudas resurgieron. Así, las bajas volvieron a tomar protagonismo.

Prueba de ello puede verse en el hecho de que los bonos se ubican ya en niveles previo a las PASO. Es decir, no solo se evaporó el rally inicial, sino que incluso la deuda se ubica en niveles debajo de los que operaba antes de las elecciones. Desde el pico, los bonos caen cerca de 7% en promedio.

Muchos tenedores de deuda argentina aprovecharon el rally inicial para salir a vender la posición que tenían. En otras palabras, la posición técnica de los bonos volvió a jugar en contra e impidió que el rally se extendiese.

Hay muchos inversores que tienen más deuda argentina de lo que les gustaría tener en cartera. Por ello, ante el rally post electoral, dieron la orden de salir a vender para bajar exposición en Argentina.

Un operador de un bróker local explicó que fondos del exterior buscaron desarmar posiciones de deuda argentina tras el rally post PASO.

«Tras el buen comienzo del lunes, muchos fondos del exterior que aun tienen deuda argentina, vieron la oportunidad para salir a mejores precios. Esto limitó el accionar alcista de los bonos y por ello es que el rally fue bastante pequeño. Si bien se esperaba más, claramente Wall Street sigue siendo neto vendedor de deuda argentina y el accionar de los bonos fue un claro mensaje de que, pese a que rinden 20%, sigue sin haber apetito por comprar bonos locales, sino más bien todo lo contrario», advirtió el trader.

Por otro lado, hay quienes remarcaron que el resultado electoral significó una sorpresa negativa para el mercado. Esto es porque el Gobierno, en su objetivo de dar vuelta el resultado en la elección, pondría en práctica políticas que van en contra de un acercamiento con el FMI.

«Salir a emitir dinero, a ampliar el gasto, a mantener el dólar atrasado y las tarifas atrasadas, son todas medidas que irían en contra de un acercamiento con el FMI. Esto se potencia aun más con el uso de los DEG para ampliar el gasto público. Por ello, en este caso, el resultado electoral le resultó un bumerán en contra al mercado ya que generó una radicalización de las políticas económicas del Gobierno las cuales apuntan a acentuar los desequilibrios y a alejarse de un acuerdo con el FMI, en el marco de un programa macroeconómico consistente», remarcaba el economista jefe de un banco local.

En el caso de las acciones, la dinámica fue similar. Se observó un fuerte rally el lunes posterior a las PASO, pero luego las subas se evaporaron y comenzaron a evidenciar una corrección. Actualmente, el mercado se encuentra en niveles cercanos e incluso inferiores al cierre previo a las PASO del domingo 12 de septiembre.

Javier Casabal, estratega de renta fija de AdCap, afirmó que lo que se vio con claridad es que la euforia por el resultado de la elección duró muy poco.

«Con el correr de las horas y los días, la suba se desvaneció porque los inversores empezaron a preocuparse por un escenario de incertidumbre respecto de la reacción del Gobierno. Parece muy temprano para esperar un cambio de humor del lado de los inversores, ya que estamos en el momento de mayor incertidumbre, con muchos headlines que pueden tener un resultado binario», dijo Casabal.

Mirando hacia adelante, el estratega de renta fija de AdCap afirmó que «para que los inversores ganen confianza, es necesario que el Gobierno empiece a demostrar que tiene un rumbo definido y que tiene la capacidad de ejecutarlo». Y en ese sentido, agregó: «Ya no alcanzan los gestos».

Por su parte, Tomás Ruiz Palacios, estratega de Cohen, remarcó que dado el volumen operado se descuenta que hubo un pase de manos en los papeles argentinos, los cuales tienen una posición técnica muy adversa. Sin embargo, considera que explicar el movimiento del mercado en base a la posición técnica de los bonos no luce del todo acertado.

«La semana pasada el riesgo país llegó a los 1479 puntos y ahora está por encima de los 1500. Hace dos semanas se hablaba de que una victoria del oficialismo en  la provincia de Buenos Aires por menos de 4 de puntos implicaría una suba de precios. Incluso con un escenario exponencialmente más favorable al paladar del mercado, dicha predicción no fue acertada», recordó Ruiz Palacios.

Para el estratega de Cohen, esta dinámica se dio porque este resultado reconfigura el sendero macroeconómico en un contexto de mucha fragilidad, al cual se le suma un nuevo director para el hemisferio occidental del FMI, con un perfil más ortodoxo.

«En la Argentina actual no se puede proyectar nada a 2023, mientras que, por otro lado, las preocupaciones inmediatas cobraron una relevancia mucho más notoria. Hoy el foco está ahí», dijo el especialista de Cohen.

Desconfianza

Actualmente, la deuda argentina rinde 22% en el corto plazo y por encima del 16% en la parte más larga de la curva.

De esta manera, el hecho de que los inversores quieran seguir vendiendo bonos argentinos pese a los altos rendimientos da cuenta de la desconfianza que tiene el mercado sobre la capacidad y voluntad de pago de los compromisos financieros que tiene la Argentina.

En este contexto, analistas advierten que es clave para los bonos y las acciones que el Gobierno pueda plantear un sendero económico para generar cierta proyección de crecimiento a mediano plazo y que el mismo genere un escenario positivo para los activos de riesgo local.

«Si bien la magnitud del resultado electoral tuvo un efecto sorpresa positivo en términos de que nadie lo esperaba, la repercusión del mercado fue muy limitada y eso desnuda la situación macroeconómica y los grandes desequilibrios que tiene la economía argentina. Hay poco margen de maniobra para que el Gobierno, de confirmarse la derrota en noviembre, pueda llevar a cabo un plan de wait and see hasta 2023, llegando a esa fecha con los desequilibrios económicos actuales», sostuvo el estratega de Inviu.

Martínez Burzaco considera que, hacia adelante, se mantiene un contexto de mucha incertidumbre, y que para perfiles de riesgo alto ve más favorable apostar a las acciones que a los bonos.

«El escenario económico es bastante incierto. Hoy sopesan más los desequilibrios macroeconómicos, más allá de la ambición de los inversores de captar oportunidades de precios bajos. Hay mucha desconfianza de cómo se van a resolver los desequilibrios actuales sin sufrir demasiado y eso se ve en el poco ánimo de los inversores», advirtió.

Finalmente, y con una visión similar, Nery Persichini, estratega de GMA Capital, remarcó que sigue habiendo mucha incertidumbre en el mercado pese al resultado electoral del domingo 12 de septiembre.

«Pensar en 2023 no es largo plazo, sino ciencia ficción. Dos años hasta las elecciones presidenciales es demasiado tiempo, especialmente a la luz del estado delicado de la economía, que no soportaría un nuevo capítulo de radicalización y populismo», indicó.

«Este escenario podría ganar terreno en el caso de que la encarnizada crisis actual se dirima a favor del ala más dura del kirchnerismo. Una nueva crisis económica bajaría el precio a todos los activos financieros, máxime si hubiera una ruptura con el FMI», agregó.

Por último, Persichini añadió que, «otra hipótesis todavía más sombría para explicar el poco entusiasmo post-PASO, es que, gane quien gane en 2023, la reconstrucción de la economía argentina y de la sostenibilidad de la deuda serían un trabajo hercúleo que demandaría, entre otras tareas, una nueva reestructuración agresiva y reformas estructurales aún más profundas que las que se necesitan efectuar actualmente».

Fuente: EL Cronista

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