Las sesiones extraordinarias fracasaron rotundamente y ya comienza el año de sesiones regulares. En el Senado se reunirán oficialismo y oposición para revisar el funcionamiento y la estructura que tendrá la cámara presidida por Cristina Kirchner
En la mesa de discusión estará la integración y las presidencias de las comisiones permanentes de la Cámara alta, una pelea que promete reavivar las tensas relaciones entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio.
El encuentro está previsto para este martes y se espera que por Juntos por el Cambio participen el jefe del interbloque, Alfredo Cornejo (UCR-Mendoza), y los presidentes de los bloques radical, Luis Naidenoff (Formosa), y Pro, Humberto Schiavoni (Misiones).
La bancada que preside José Mayans (Formosa) se encargó de mandarle la semana pasada claros y duros mensajes al conglomerado opositor, advirtiéndoles a través de los medios de su intención de mantener el control, a pesar de haber perdido la mayoría en la Cámara, y de quedarse con las presidencias de todas las comisiones, incluso de aquellas que condujo Juntos por el Cambio en los últimos dos años.
Sin embargo, en los principales despachos opositores aseguraron a LA NACION que en las reuniones bilaterales Mayans no se mostró tan hostil. En ese sentido, aseguran que concurrirán a la reunión del martes para empezar a discutir el tema de las comisiones. Pero las señales parecen indicar que los líderes opositores se podrían topar con la dura realidad de que el oficialismo tiene decidido demostrar que su poder sigue intacto.
De hecho, tras el cachetazo electoral que le arrebató seis senadores al oficialismo, Cristina Kirchner demostró creatividad y reacción para reconstituir la mayoría necesaria para seguir manejando la Cámara alta sin tener que compartir poder con la oposición.
Esta situación quedó clara en diciembre, cuando el Frente de Todos sacó de la manga el apoyo de la hasta entonces opositora Clara Vega. La riojana parece haber dejado en el pasado sus fuertes críticas al kirchnerismo. Tanto, que ya se saca fotos con Ricardo Quintela, gobernador de la provincia y hasta no hace mucho su archienemigo político.
Si bien en Juntos por el Cambio dicen desconocer la jugada que planea el oficialismo, en algunos despachos opositores esperan las represalias por la última sesión del año pasado.
El enojo oficialista, dicen, se remonta a la sesión en la que Juntos por el Cambio dejó sin quórum el tratamiento de las modificaciones en el impuesto a los Bienes Personales al enterarse que el oficialista Guillermo Andrada (Catamarca) había dado positivo por coronavirus y, por lo tanto, estaba impedido de participar de la reunión.
Esta situación dejó al Frente de Todos sin quórum y lo forzó a iniciar gestiones de urgencia para conseguir la colaboración de la riojana Vega.
Según sostienen en varios despachos oficialistas, Juntos por el Cambio rompió con los códigos legislativos ya que se había comprometido a participar de la sesión. Por esta razón, sostienen, dejó de ser confiable y, por lo tanto, el Frente de Todos no debería dejarle el control de ninguna comisión.
En la oposición dicen que eso es mentira. Que el interbloque nunca había dado su palabra de que iba a dar quórum para tratar las modificaciones de Bienes Personales, sobre todo porque el proyecto que se iba a tratar no contaba con el apoyo de la coalición opositora.
Además, apuntan contra Cristina Kirchner, a quien le adjudican el aparente endurecimiento de Mayans y el bloque oficialista con Juntos por el Cambio.