El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente chino, Xi Jinping, hablaron el martes sobre Taiwán, la inteligencia artificial y cuestiones de seguridad, en una llamada que pretendía demostrar la vuelta a un diálogo regular de líder a líder entre ambas potencias.
La llamada, descrita por la Casa Blanca como “sincera y constructiva”, fue la primera conversación de los líderes desde su cumbre de noviembre en California, en la que se renovaron los lazos entre los ejércitos de ambas naciones y se prometió una mayor cooperación para frenar el flujo de fentanilo y sus precursores desde China.
Los dos líderes hablaron de Taiwán antes de la toma de posesión el próximo mes de Lai Ching-te, presidente electo de la isla, que ha prometido salvaguardar su independencia de facto de China y alinearla más con otras democracias. Biden reafirmó la política estadounidense de “una sola China” y reiteró que Estados Unidos se opone a cualquier medio coercitivo para someter a Taiwán al control de Beijing. China considera Taiwán un asunto interno y ha protestado enérgicamente por el apoyo estadounidense a la isla.
Biden también expresó su preocupación por las operaciones de China en el Mar de China Meridional, incluidos los esfuerzos realizados el mes pasado para impedir que Filipinas, país al que Estados Unidos está obligado por tratado a defender, reabasteciera a sus fuerzas en el disputado atolón Second Thomas Shoal.
Por su parte, Xi dijo que Taiwán sigue siendo la “primera línea roja que no debe cruzarse” y subrayó que Beijing no tolerará las actividades separatistas de las fuerzas independentistas de Taiwán, así como “la indulgencia y el apoyo exteriores”, en alusión al apoyo de Washington a la isla.
Xi agregó que los dos países deben adherirse al principio de “no choque, no confrontación” como uno de los principios para este año.
“Debemos dar prioridad a la estabilidad, no provocar problemas, no cruzar líneas, sino mantener la estabilidad general de las relaciones entre China y Estados Unidos”, dijo Xi, según la Televisión Central China, la emisora estatal.
La llamada marca el inicio de varias semanas de compromisos de alto nivel entre ambos países, con el viaje a China de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, el jueves, y del secretario de Estado, Antony Blinken, en las próximas semanas.
Biden ha insistido en la necesidad de una interacción continua a todos los niveles de gobierno, pues considera que es fundamental evitar que la competencia entre las dos grandes economías y potencias nucleares se convierta en un conflicto directo. Aunque las cumbres en persona se celebran quizá una vez al año, tanto Washington como Beijing reconocen el valor de una mayor frecuencia en los contactos entre sus líderes.
Biden, en la llamada con Xi, presionó a China para que hiciera más por cumplir sus compromisos de detener el flujo de narcóticos ilegales y programar precursores químicos adicionales para evitar su exportación. Este compromiso se contrajo en la cumbre de líderes celebrada en Woodside (California) el año pasado, al margen de la reunión de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
En la cumbre de noviembre, Biden y Xi también acordaron que sus gobiernos mantendrían conversaciones formales sobre las promesas y los riesgos de la inteligencia artificial avanzada, que tendrán lugar en las próximas semanas.
Los mandatarios abordaron el tema el martes, apenas dos semanas después de que China y Estados Unidos se unieran a más de 120 países para respaldar una resolución en las Naciones Unidas que pide salvaguardias globales en torno a esta tecnología emergente.
Biden, en la llamada, reforzó las advertencias a Xi contra la interferencia en las elecciones de 2024 en Estados Unidos, así como contra los continuos ciberataques maliciosos contra infraestructuras críticas estadounidenses, según un alto funcionario de la administración estadounidense que adelantó la llamada bajo condición de anonimato.
También planteó su preocupación por los derechos humanos en China, incluida la nueva ley restrictiva de seguridad nacional de Hong Kong y su trato a los grupos minoritarios, y planteó la difícil situación de los estadounidenses detenidos en China o a los que se prohíbe salir del país.
El presidente demócrata también presionó a China por su relación en materia de defensa con Rusia, que está tratando de reconstruir su base industrial mientras sigue adelante con su invasión de Ucrania. Y pidió a Beijing que ejerza su influencia sobre Corea del Norte para frenar a esta potencia nuclear aislada y errática.
Como líderes de las dos mayores economías del mundo, Biden también planteó a Xi su preocupación por las “prácticas económicas desleales” de China, según el funcionario, y reafirmó que Estados Unidos tomaría medidas para preservar su seguridad y sus intereses económicos, entre ellas seguir limitando la transferencia de cierta tecnología avanzada a China.
Xi se quejó de que EE.UU. ha tomado más medidas para reprimir la economía, el comercio y la tecnología de China en los últimos meses y de que la lista de empresas chinas sancionadas se ha hecho cada vez más larga, lo que “no está reduciendo sino creando riesgos”, según la emisora.
La llamada se produjo antes de la visita de Yellen a Guangzhou y Beijing para una semana de reuniones bilaterales sobre el tema con líderes financieros de la segunda economía más grande del mundo – incluyendo el Viceprimer Ministro He Lifeng, el Gobernador del Banco Central Chino Pan Gongsheng, el ex Viceprimer Ministro Liu He, empresas estadounidenses y líderes locales.
La reunión se produce después de que Xi se reuniera en Beijing con líderes empresariales estadounidenses la semana pasada, en la que hizo hincapié en los lazos económicos mutuamente beneficiosos entre ambos países e instó al intercambio entre personas para mantener la relación.
Xi dijo a los estadounidenses que los dos países se han mantenido comunicativos y han “progresado” en asuntos como el comercio, la lucha contra el narcotráfico y el cambio climático desde que se reunió con Biden en noviembre. La reunión de alto nivel de la semana pasada se consideró un esfuerzo de Pekín por estabilizar las relaciones bilaterales.