Es la proyección que hizo Fernando González, Presidente de la nueva comisión directiva de la Asociación Forestal Argentina (AFoA) Entre Ríos, cuando fue consultado por el potencial que tiene la provincia para crecer en el sector forestal.También, destacó el impacto positivo que tendría para la economía y en lo ambiental.
González señaló que: “Entre Ríos tiene hoy 120 mil hectáreas forestadas de las cuales el 90 por ciento son de eucaliptus y el resto de pino. El potencial que tenemos es casi entre 8 y 10 veces más de superficie, entre 800 y 1 millón de hectáreas forestadas”.
El ingeniero explicó que gracias al INTA y otras instituciones que vienen desarrollando híbridos y clones de eucaliptus, se pueden aprovechar y capturar valor en ambientes donde antiguamente se hacía pino. Además, señaló como otra virtud, la latitud en la que está la provincia ya que se puede desarrollar un ciclo de producción forestal entre 3 y 5 veces más corta que en otras partes del mundo: “mientras que hay lugares en lo que se tardan 50 años para producir un árbol para aserrío, en Entre Ríos se tarda entre 10 y 12 años”, aclaró.
Para poner las cifras en contexto, en la actualidad Argentina cuenta con 1.300.0000 hectáreas forestadas y Entre Ríos está en el 10 por ciento del territorio nacional. Asimismo, según datos que ha relevado la Secretaria de Agricultura, en Entre Ríos hoy se puede duplicar la masa forestal sin desforestar una sola hectárea de monte nativo y compitiendo con ambientes marginales donde se hace ganadería de muy baja producción o en ambientes donde no se explota nada.
Otra de las cuestiones que destacó González fue que el crecimiento de las plantaciones trae también beneficios para dinamizar la economía y en lo ambiental por su capacidad de secuestrar carbono.
“El sector dinamiza la economía, generamos muchísima mano de obra, necesitamos de viveros, contratistas que preparen el suelo, que planten, que poden, gente que coseche, fletes que lleven la madera hasta un aserradero o una industria. Para la economía regional es sumamente importante” aseveró el ingeniero, y agregó “creo que desde lo ambiental hay un interés mundial en el secuestro de carbono con plantaciones y hay pocos lugares en el mundo que hoy tienen superficie disponible para crecer tanto como nosotros”.
Si bien la forestación es implantada no deja de ser un bosque y por la alta tasa de crecimiento produce una buena cantidad de biomasa en poco tiempo, secuestra mucho dióxido de carbono, lo que permite bajar notablemente la huella de carbono que dejan las industrias logrando una compensación para el ambiente.