El proyecto que enviará el Gobierno al Congreso para discutir un programa económico plurianual, ya fue discutido con el staff técnico del organismo. Se espera que “tenga un amplio apoyo político y social”. En ese sentido, el FMI aseguró que sigue trabajando para alcanzar un “entendimiento completo” con los funcionarios argentinos y mencionó a la inflación como uno de los problemas económicos centrales. Queda claro que la negociación terminó y que lo que el FMI espera es que el Gobierno sea capaz de hallar consensos para dar el ok.
Las enormes diferencias internas del Frente de Todos y la escaza o nula capacidad para encontrar una relación constructiva con la oposición que ha demostrado Alberto Fernández no son un secreto para nadie. Es ahora que el desvarío político, la inseguridad jurídica, la política exterior esquizofrénica y las políticas económicas anacrónicas comienzan a pasar factura. Se terminó la hora de los “slogans” y el Fondo exige evidencias concretas de un plan, o al menos una idea de país consensuada.
En una conferencia de prensa, el portavoz del FMI Gerry Rice mencionó que el organismo “está en contacto permanente” con el Poder Ejecutivo y que mantiene “un compromiso fuerte” para alcanzar un acuerdo en un programa que “solucione los desafíos económicos y sociales” que afronta la economía argentina.
En ese sentido, el funcionario del FMI dijo que no hay en agenda aún una misión en Buenos Aires o en Washington para cerrar un entendimiento. “Continuamos trabajando para lograr un entendimiento pleno sobre un plan integral que pueda abordar de manera duradera los desafíos económicos y sociales más urgentes de Argentina, incluida la alta inflación, que perjudica de manera desproporcionada a los más vulnerables”, mencionó Rice, en línea con lo que había dejado saber el FMI este lunes.
“Es importante que este plan cuente con un amplio apoyo político y social. Nuestro objetivo sigue siendo ayudar a Argentina y su gente”. Por otra parte, Gerry Rice afirmó que el FMI aún trabaja en el informe de revisión del programa Stand By firmado en 2018, en un reporte que se realiza habitualmente entre los acuerdos que tienen un monto de desembolsos excepcional, como fue el caso argentino.
El Ministerio de Economía utilizará esta última ventana de pocas semanas antes de la presentación en el parlamento del proyecto de ley para retomar los contactos con el staff técnico del FMI y tratar de afinar detalles del entendimiento sobre cómo debería ser el programa financiero nuevo que firme la Argentina para reemplazar al Stand-By de 2018 y, sobre todo, con qué sendero fiscal, monetario y cambiario acompañará la economía argentina la puesta en marcha de ese nuevo acuerdo.
Este proyecto de ley que el ejecutivo enviará al parlamento, ha sido llevado a cabo en acuerdo con los técnicos del FMI. En realidad es como si, ante la ausencia prolongada de una propuesta de parte del Gobierno argentino, el FMI les hubiera marcado cuales son los aspectos centrales que deberá contener un acuerdo y, finalmente este sea enviado al Parlamento para la búsqueda de un consenso amplio que le de credibilidad. Una vez logrado eso, seguramente se acelerarán los tiempos y se sellará el acuerdo.
Probablemente encontrar un acuerdo interno en el Frente de Todos y luego con la oposición y con los diferentes actores sociales, sea el desafío más grande que le toque encarar a Alberto Fernández en estos 4 años