El decano de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Paraná, Alejandro Carrere, brindó un panorama de la situación de la institución ante el recorte de presupuesto del gobierno nacional.
En declaraciones realizadas al programa A Quien Corresponda (Radio Plaza), Carrere dijo que la promesa de un encuentro entre funcionarios del gobierno nacional y los rectores de las Universidades genera “alguna expectativa favorable porque uno de los motivos de la marcha tenía que ver con que el gobierno entendiera la necesidad del sistema universitario en su conjunto y eso posibilitara mejorar el dialogo que venía existiendo entre el las autoridades del CIN y de la Subsecretaría de Políticas Universitarias, pero todos conocemos la realidad que ha transitado la cuestión presupuestaria”.
Consideró que la decisión de designar al secretario de Educación, Carlos Torrendel, para encabezar las negociaciones en lugar del subsecretario de Políticas Universitarias, Alejandro Álvarez, “descomprime la situación porque en las reuniones que se mantuvieron con el subsecretario no hubo avances, hubo destrato en más de una oportunidad”. “Anoche no sé si se terminó confirmando el anuncio de un nuevo aumento a los salarios de los trabajadores de las universidades, pero siempre por debajo del porcentaje de inflación”, agregó.
En ese marco, sostuvo que el mayor ajuste “se siente en todos los gastos destinados al funcionamiento de la institución, las partidas que se destinan para hacer frente al pago de electricidad, gas, servicio de seguridad, conectividad” y explicitó que “la factura de gas todavía no tuvo el incremento que se anunció, pero en electricidad en nuestro caso se triplicó el gasto; estábamos pagando a razón de 900.000 pesos mensuales y la última factura fue de 2.700.000 mensual”. “Teniendo en cuenta que en nuestra organización administrativo financiera los gastos de funcionamiento se giran desde el Rectorado a las facultades de forma trimestral, y esa partida en el último trimestre fue de 2.900.000 pesos, con lo cual solamente sirvió para pagar la factura de luz”, señaló.
Puntualizó que “en la provincia de Entre Ríos hay tres facultades: Paraná, Concordia y Concepción del Uruguay, de las 30 que hay en el país de la UTN” y “hoy tenemos activos aproximadamente 1.200 estudiantes en la sede central en Paraná con las ingenierías, alguna tecnicatura y algunas extensiones áulicas con modalidad presencial en Crespo donde se dicta la Tecnicatura en Mecatrónica y en Hasenkamp donde se dicta la Tecnicatura en Programación”.
Respecto de la posibilidad de ampliar esa oferta, indicó que “hay un interés muy importante por parte de las autoridades municipales habida cuenta de la situación económica en llevar propuestas formativas a las localidades porque hoy el esfuerzo es muy grande de las familias para que los chicos y chicas lleguen a Paraná; afrontar gastos de alquiler o transporte es muy oneroso y entonces las autoridades municipales en los últimos tiempos han tenido dentro de su agenda de gestión esta idea de acercar a las universidades a los pueblo o ciudades cabeceras de los Departamentos”. “De hecho, tenemos otra extensión áulica en Nogoyá con menos actividad pero con bastante trabajo en extensión, y hoy tenemos no menos de cinco intenciones concretas de formular extensiones áulicas en otras localidades, como La Paz, Viale, Seguí. Y tiene que ver con que las familias no pueden afrontar los costos de una carrera terciaria o universitaria en Paraná”, reveló.
En relación con la matrícula, dijo que “en los últimos años hay una regularidad de la matrícula en el conjunto de las carreras pero tenemos una demanda muy importante en la Tecnicatura de Programación donde hubo que tomar algunas medidas porque la demanda es muy alta y no podemos habilitar más cursos por una cuestión presupuestaria y de disponibilidad de recursos humanos. Es una carrera que tiene mucho potencial de crecimiento pero no podemos generar más cursos, más docentes, más infraestructura en laboratorio”.
“También la realidad de la Universidad Tecnológica es que no sólo hay que sostener la realidad áulica sino también los laboratorios donde hay equipamiento es muy alta prestación, de muy alto costo y que requiere mantenimiento y renovación cada cierto tiempo, y eso es un costo enorme que, en la medida en que no existe presupuesto para destinar a ese fin, se va produciendo la obsolescencia de los mismos”, concluyó.
