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El piloto brasileño entrego 300 kilos de droga antes de abandonar la aeronave

avionEl piloto brasileño, detenido en el norte de Entre Ríos, se lo confesó al policía que lo trasladó hasta la jefatura. Regresaba de entregar la carga en Buenos Aires, cuando el motor del avión se averió. 

El sábado, aproximadamente a las 20, quedó detenido el piloto brasileño que era buscado por las fuerzas de seguridad, después de haber realizado un aterrizaje forzoso en paraje Chañar, departamento Federal, y de haber abandonado la aeronave.

Luego del aterrizaje, la aeronave y su piloto fueron asistidos rápidamente por lugareños y los empleados del establecimiento.

En portugués, el piloto le habría dicho ante la insistencia de los vecinos y empleados, que «había cumplido con la entrega con la cual se había comprometido» y además, confirmó que la avioneta tenía problemas mecánicos.

Según fuentes policiales, el sargento ayudante Horacio Iglesias, que desempeña funciones en el destacamento Elías Romero, en la zona rural del departamento Federal, transitaba en su automóvil particular, cuando observó un hombre caminando que transportaba bolsos. Fue así que se ofreció a llevarlo. Pero el viaje, para sorpresa del brasilero, finalizó en la dependencia policial.

«VARIOS FAJOS DE DÓLARES»

Iglesias fue el policía que en su propio auto detuvo en Federal al piloto prófugo, que el viernes había aterrizado de emergencia en un camino vecinal de una estancia.

La actitud del sospechoso, primero lo tranquilizó y después lo sorprendió: «me hizo caso, pero a los pocos minutos me dijo que él no quería quedar preso, que me iba a dar mucha plata. Abrió la mochila y sacó varios fajos de dólares y otra plata, creo que Guaraníes. Le dije no me importa la plata, yo te llevo hasta la Comisaría y ahí sigue la historia. Lo siento, yo no voy a ensuciar mi uniforme».

El sargento Horacio Iglesias informó que en el traslado, el piloto le admitió que había transportado cerca de 300 kilos de marihuana desde Paraguay hasta el norte de la provincia de Buenos Aires. «Él me dijo que le habían dado las coordenadas, aterrizó y allí lo esperaban dos hombres en una camioneta», contó.

El piloto emprendió el regreso hacia el país guaraní, pero sobre el departamento Federal sufrió una avería en el motor. Ahora quedó preso a disposición del juzgado federal de Concepción del Uruguay, para prestar declaración ante el Juez Federal Pablo Seró.

El uniformado contó cómo fue la localización y detención, sumado al rechazo del soborno de 16.000 dólares para dejarlo en libertad.

Iglesias tiene 52 años, y 23 de servicio, además de contar con una foja de servicio intachable. Está casado y tiene dos hijas de 23 y 8 años. Cuenta, como única movilidad, con su Duna modelo 1994. Vive en la casa de su madre, porque está construyendo con sus manos, la vivienda en donde se afincará definitivamente con su familia.

«Tenemos descompuesta por estos días la camioneta del destacamento, por lo que en mi auto salgo a patrullar por la zona. Me contó un vecino que había visto a alguien sospechoso caminando, desalineado y un tanto perdido. Rápido me subí al Dunita y a los pocos kilómetros lo encontré», reveló el sargento.

 

LA DETENCIÓN

 

El Policía habla como la gente del campo entrerriano, sin filtros, directo y sin rodeos. «Iba pensando cómo hacer para detenerlo, y al acercarme le pregunto para dónde iba. El me habló con su clásico portugués y allí no dudé en saber que era él».

«Para que no sospechara le pregunté para dónde iba y él me comentó que quería llegar a la ruta 14, por lo que le aclaré que en pocos minutos regresaba. Me fui más adelante para pensar cómo hacer la aprehensión y la verdad es que resultó más sencilla de lo que pensé», añadió.

«Al regresar lo invité a subir y a los pocos instantes le dije que tenía que detenerlo por el tema de la avioneta. Le dije que se quedara tranquilo que no le iba a pasar nada y que debería ponerse a disposición de las autoridades. El se agachó y se agarró la cabeza, se puso a llorar».

Iglesias subrayó el tema del intento de coima: «Muchas veces fuimos tentados en estos años para cometer cosas incorrectas, pero por el uniforme, por lo que juré al entrar a la Policía, por mi familia, mis hijas y por lo que me enseñaron mis padres, es que siempre digo que no. Se debe cumplir con el deber, honrar el trabajo y por sobre todo, porque puedo dormir tranquilo con mi conciencia», explicó.

Admitió que «en esta Argentina llena de problemas para el común de la gente, el sueldo no alcanza. Voy a tener que vender el auto para tener dinero y comprar materiales y de esa manera avanzar con mi casita. Ese es mi anhelo, llegar al techo lo más rápido posible».

El policía recibió las felicitaciones de las autoridades departamentales y provinciales: «Me honra que me feliciten, solo cumplí con mi deber, pero además lo que más satisfacción me da es ver a los ojos a mi madre de 73 años; mis hijas y familia», concluyó.

Fuente: Diario Uno

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