La prioridad del 2024 para el Gobierno estuvo centrada en bajar la inflación, pero la tarea todavía no está completa. Por eso, con el objetivo de reducir todavía más el índice en los próximos meses se avanzará hacia una reducción del ritmo mensual de ajuste del dólar oficial (“crawling peg”).
Desde fin de año que el tipo de cambio oficial viene aumentando a un ritmo de 2% por mes. Esto llevó a una fuerte apreciación del tipo de cambio real, en un contexto de incremento de precios que se mantuvo por encima de esos niveles a lo largo de todo el año.
Con la expectativa de que la inflación perfore el 3%, el equipo económico tiene decidido avanzar con una reducción del ajuste ya que el 2% actúa como una piso para la evolución de los precios en todos los niveles: combustibles, tarifas y costo de importación de insumos del exterior.
Desacelerar el incremento mensual del dólar oficial también podría profundizar la apreciación cambiaria y generar nuevos problemas de competitividad. Pero en el equipo económico tienen el foco puesto en seguir impulsando la baja de la inflación como objetivo principal.
En el proyecto de Presupuesto 2025 figura una estimación de inflación algo superior al 18%, lo que implicaría una suba de 1,3% mensual. Los cálculos de los analistas que participan en el Relevamiento de Expectativa de Mercado (REM) estimaron un 35%. Sin embargo, los valores implícitos en los bonos en pesos estiman un nivel intermedio para el año próximo en torno a 25%.
El propio Javier Milei también viene indicando que la salida del “crawling peg”, que muchos equiparan con la “tablita” de fines de la década de 1970, será con una reducción gradual hasta que la caída de los dólares financieros eliminen la brecha cambiaria.
El ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario coordinador de Energía, Daniel González, definirán en las próximas horas cuál será el nivel de ajuste de las tarifas en noviembre. Esto sería decisivo para que la inflación mensual siga bajando y se acerque al 2%, el nivel que arrojó ya la inflación mayorista de septiembre.
Mientras que la prioridad pasa por inducir una baja mayor de la inflación, la posible salida del cepo cambiario quedó en un segundo plano. Algo de esto ya le comentó Caputo a inversores durante un encuentro en Washington organizado por Banco Santander.
Allí dejó en claro que el levantamiento de restricciones cambiarias sigue sin fecha, pero que se irán eliminando trabas gradualmente.
En ese caso queda claro que la flotación cambiaria por ahora no es una opción, sino que va de la mano del ritmo al que siga bajando la brecha.
La reducción del ritmo de ajuste cambiario, por otra parte, parece independiente de un nuevo acuerdo con el FMI. Lo más probable es incluso que suceda antes de firmar ningún nuevo compromiso con el organismo.
La intención del Gobierno es llegar a un nuevo acuerdo pero no estarían del todo convencidos de pedir un fuerte desembolso adicional, porque eso implicaría cambiar parte del programa que se viene llevando adelante.
Por eso, gana fuerza la opción de pedirle al Fondo solo los recursos necesarios para repagar los vencimientos del año que viene, pero sin dinero adicional.
Fuente: Infobae