El calentamiento global empieza a pasar factura cada vez con mayor violencia, deberemos acostumbrarnos a eventos, que hasta hoy no tienen precedente. Hay al menos 44 muertos, el mayor número de víctimas se dio en el Estado de Nueva Jersey, donde al menos 23 personas perdieron la vida. La mayoría de los fallecidos fueron sorprendidos en sus autos.
El calentamiento global empieza a hacerse sentir, la temporada de huracanes se extiende en la costa oeste de Estados Unidos y también se extiende la zona geográfica en la que se verifican, llegando cada vez más al norte y aumentando su violencia. Así ciudades como Nueva York, preparadas para otro tipo de catástrofes, se encuentran indefensas ante fenómenos que no tienen precedentes.
Al menos 44 personas fallecieron en las últimas horas en Nueva York y otros puntos de la costa noreste de Estados Unidos debido a históricas lluvias torrenciales e inundaciones provocadas tras el paso del huracán Ida, según los últimos balances suministrados por las autoridades locales.
Con las calles convertidas en ríos y el servicio de metro inundado, la policía de Nueva York informó de, al menos, 13 fallecidos, muchos de ellos atrapados en sótanos y alojamientos insalubres a los pies de los inmuebles de Manhattan, Queens o Brooklyn, según precisó este viernes la agencia AFP.
«Entre las personas más en riesgo durante las inesperadas inundaciones están los que viven en sótanos no registrados y que no cumplen las reglas de seguridad», escribió en Twitter la congresista demócrata, Alexandria Ocasio-Cortez. «Gente trabajadora, familias inmigrantes y con bajos ingresos», añadió.
«Tengo 50 años y nunca había visto tanta lluvia», contó Metodija Mihajlov, un hostelero del Upper West Side, un estiloso barrio pegado a Central Park. «Era como una tormenta tropical, como en la jungla. Increíble», añadió.
«Tengo la impresión de haberlo perdido todo», decía entre lágrimas Marcio Rodrigues, un mecánico entrevistado por la AFP en su inundado garaje de autos en Mamaroneck, al suroeste del condado.
«Tengo la impresión de haberlo perdido todo», decía entre lágrimas Marcio Rodrigues, un mecánico entrevistado por la AFP en su inundado garaje de autos en Mamaroneck, al suroeste del condado.
Justo al norte de Manhattan, el elitista condado de Westchester se encontraba aún bajo el barro y muchas de las tradicionales casas de la costa este tenían hasta 60 centímetros de agua. Uno de los responsables del condado, George Latimer, afirmó en CNN que tres personas se ahogaron al intentar huir de sus vehículos.
Sin embargo, el mayor número de víctimas se dio en el Estado de Nueva Jersey, donde «al menos 23 personas perdieron la vida», señaló su gobernador, Phil Murphy. La mayoría de los fallecidos fueron sorprendidos en sus autos y probablemente se ahogaron, lamentó Murphy.
A su vez, cerca de Filadelfia murieron cuatro personas, según las autoridades locales.
La Casa Blanca declaró el estado de emergencia en los Estados de Nueva York y Nueva Jersey, ordenando a los agentes federales que «identifiquen, movilicen y proporcionen a voluntad los equipos y recursos necesarios»
La declaración de «estado de emergencia» por estas inundaciones no tiene precedentes en Nueva York, informó el servicio meteorológico estadounidense, el NWS, que declaró haber registrado un récord absoluto de 80 mililitros de lluvia por metro cuadrado en una hora en Central Park, un récord absoluto.