La encargada del FMI del seguimiento de la reasignación de los DEG y la tercera línea del Fondo que permitiría mejorar las condiciones de Argentina, con 20 años de plazo y diez de gracia, además del reparto a través de bancos multilaterales.
Los técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya mostraron sus planes para estructurar una nueva línea con las donaciones de Derechos Especiales de Giro (DEG) de los países ricos, que ampliará el menú de programas del organismo y permitiría a países como la Argentina acceder a mejores condiciones de financiamiento en el futuro de la mano del Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, en inglés).
Este Fideicomiso, que se integrará con u$s 50.000 millones en DEG -según resolvió el G20- representa una ‘tercera línea’ a 20 años de plazo, con 10 años de gracia y apto para países de ingresos medios, condiciones como las que aspiraba tener el kirchnerismo con el acuerdo con el FMI, que por ahora debe apelar a la línea más larga vigente: el programa de facilidades extendidas que preacordó Martín Guzmán.
Pero el debate entre organismos financieros sigue y se analiza también la posibilidad de acuerdos bilaterales para redistribuir esos DEG, así como desembolsos a través de bancos multilaterales.
Georgieva espera tener la línea lista para fin de año
El fondeo proviene de los u$s 650.000 millones que repartió el año pasado el FMI por la pandemia de Covid-19. Se distribuyeron según la cuota de cada país y eso hizo que dos tercios de esos fondos fueran a países en desarrollo, muchos con balances de cuenta corriente superavitarios, que no necesitan auxilio.
Reparto y donaciones de DEG
Del otro lado, los países pobres, emergentes y en desarrollo, recibieron unos u$s 220.000 millones pero son los más apremiados por el endeudamiento tras la pandemia. En 2015, el ratio de deuda contra PBI era del 30%, según detalló Kristalina Georgieva hoy en un diálogo con el Washington Post. En 2021, en tanto, esa participación creció al 60% del producto bruto.
En ese marco, la primera jornada de reunión virtual del Center of Global Development (CGD) reunió a Emmanuel Moulin, del Tesoro francés y presidente del Club de París y la funcionaria del FMI que lidera el armado del Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad: Ceyla Pazarbasioglu, directora de Estrategia, Políticas y Análisis del FMI.
Moulin señaló que Francia donó el 20% de los DEG que recibió el año pasado y reconoció que las negociaciones están en curso sobre cómo usar estos fondos de la mejor forma.
«El reparto de DEG tuvo distintos usos, es flexible, para algunos permitió reforzar reservas y otros los usaron como financiamiento más barato», resumió Pazarbasioglu. «La mayoría de los países los mantiene todavía dentro de sus reservas», agregó.
La Argentina recibió u$s 4.350 millones el año pasado en DEG que, en cambio, ya usó para cancelar deuda con el mismo FMI y espera que regresen como parte de la negociación de un nuevo programa de facilidades extendidas.
Las tres vías para repartir los DEG
«Estamos en el proceso de reunir fondos con los miembros para líneas para los países de menores ingresos (PRGT)», agregó la especialista del FMI sobre uno de los usos previstos para los DEG, que permita ampliar una de las líneas ya vigentes. «A eso se suma la creación del Fideicomiso de Resiliencia y Sostenibilidad y la posibilidad de canalizarlos a través de bancos multilaterales», remarcó Pazarbasioglu.
Sobre la segunda alternativa, el Fideicomiso de Resiliencia, la representante del FMI indicó que apoya el cambio tecnológico para los desafíos de largo plazo como el cambio climático e incluye «realizar las reformas para no tener problemas de largo plazo».
Eso incluye a los países de ingresos medianos como la Argentina y «es una discusión con los miembros del directorio», agregó sobre dónde está el RST en este momento. No sólo alcanza reformas sino también condicionalidades, «aunque tiene un plazo para el repago de 20 años y 10 años de gracia».
La tercera opción es el reparto de DEG a través de bancos multilaterales, que también podría alcanzar a Argentina. «Esto es desafiante», advirtió sin embargo Pazarbasioglu. Los DEG son activos de reserva en los bancos centrales y hoy se trabaja en asistencia técnica para analizar con las entidades cómo se realizarían los aportes.
«Estuvimos trabajando exhaustivamente para poner en marcha la reasignación», aseguró la directora de Estrategia del Fondo Monetario, que detalló que esto se definiría en la reunión de primavera boreal del organismo en abril y se espera que esté operativo para fin de año.
Fuente: El Cronista