En el segundo trimestre de 2023, la pobreza de Ciudad Autónoma de Buenos Aires alcanzó al 21,3% de los hogares (288.000 familias) y al 27% de las personas (830.000 ciudadanos), lo que dejó como resultado un empeoramiento de las condiciones de vida en relación al mismo mes del año pasado.
Según datos difundidos por el gobierno de CABA, en el transcurso de un año cayeron en la pobreza 57.000 hogares y 103.000 personas. Para los analistas de la Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad, estos resultados demuestran que, a pesar de que el empleo está alcanzando un nuevo récord, la expansión de los ingresos no resulta suficiente para mantener las condiciones de vida de la población en los niveles del año anterior.
“Los aumentos en los ingresos laborales y no laborales quedan muy por debajo de la suba de los precios. Al interior de los primeros, la pérdida de ingresos reales se da en todas las categorías ocupacionales”, reconocieron.
Por su parte, la indigencia alcanzó al 7,5% de los hogares (102.000 hogares), siendo el segundo número más alto de la serie para un segundo trimestre (sólo superado en 2020, en pandemia, cuando se ubicó en 11,7%) y al 10,2% de las personas (315.000 personas).
Dentro del conjunto de hogares y personas en situación de pobreza, los que están en situación extrema (indigencia) se incrementaron, pasando a representar el 35% de los hogares y del 38% de las personas con carencias de ingresos.
El director General de Estadísticas y Censos de CABA, José María Donati, se mostró crítico con la situación social y en su cuenta de X (ex Twitter) reclamó: “Con la economía se puede hacer cualquier cosa excepto evitar las consecuencias de las acciones. Se empiezan a ver los efectos de jugar con la emisión inflacionaria; la pobreza en la Ciudad sube 3.4 puntos respecto a 2022, ingresan en la categoría de pobres 105.000 porteños”.
Posteriormente, Donati agregó que “es el segundo peor segundo trimestre de la serie histórica, si se excluye el segundo trimestre de 2020″, cuando los números de pobreza e indigencia fluctuaron enormemente por el efecto de la cuarentena obligatoria.
LAS CONDICIONES DE VIDA
Las estadísticas generales muestran que casi una de cada tres personas están en situación de pobreza, es decir que no ganan lo suficiente para cubrir el 100% de una Canasta Básica Total (CBT). Sin embargo, hay otro sector grande de la población que no llega a ese punto crítico, pero igualmente se encuentran en situación de vulnerabilidad. Dicho de otra forma, llegan justo a fin de mes.
De acuerdo a las estadísticas, los hogares en situación vulnerable representan el 12,2% del total (164.000 hogares) y en ellos vive el 13,2% de la población (408.000 personas). Sumados al conjunto de hogares en condición de pobreza, conforman los hogares en vulnerabilidad, que ascienden a 33,5% (unos 452.000 hogares), en los que habita el 40,2% de la población (unas 1.238.000 personas). En el último año, este agregado de población se expande desde 31,5%.
El sector medio frágil, ubicado entre los hogares en condición de vulnerabilidad y los sectores medios, está integrado por el 8,8% de los hogares y el 9,0% de las personas (119.000 hogares y 277.000 personas), con una leve merma en la cantidad de hogares y personas respecto al mismo trimestre de 2022.
Se destaca que el 39,6% de los niños, niñas y adolescentes (0-17 años) residen en hogares en condición de pobreza (271.500 personas en ese grupo de edad). Un año atrás, el guarismo era de 38,4%.
El ingreso per cápita familiar de los hogares en condición de indigencia es de $21.303 y el de los que padecen pobreza no indigente es de $53.855. En promedio, se requeriría transferir $68.476 a cada hogar en situación de pobreza para que salgan de esa condición. Esa brecha de ingresos representa, en promedio, el 37,6% de la Canasta Básica Total.