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Catársis editorial: la locura de Cristina, el vicariato de Alberto Fernández y la anarquía / Por Emiliano Damonte Taborda

La caída de Alberto Fernández es sin dudas el desenlace final, fatal e inevitable, del demencial proyecto de vicariato impuesto por Cristina Kirchner. Un fracaso en varias etapas que, sin embargo, muy rapidamente sumió en la anarquía al país. El “Albertismo” nunca existió más allá Vilma Ibarra, Claudio Moroni (su viejo complice en la Superintendencia de Seguros menemista), tal vez Cafiero, y algún otro que se quedó esperando que Alberto sorprendiera al mundo y fuera algo más de lo que era. Siempre pensé que sería interesante sentarse a hablar con Martín Guzmán al respecto, tal vez el único tipo con poder que lo acompañó e intentó sostenerlo de alguna manera, y que terminó, ya en plena anarquía Cristino-Albertista, devorado por los mastines sedientos de caja de La Cámpora. 

 
Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa
Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa
 

La catástrofe no debería sorprender a nadie. Se trata de uno de los personajes más perversos de la historia reciente, un inmoral que hizo del “vacío absoluto” una estrategia del permanecer. 

 

Este poeta del vacío, que predicaba verdades tales como «La libertad se pierde cuando uno muere, cuidemos la vida», o «Si la Argentina hubiese seguido el ritmo de contagios de Brasil, hoy tendría 10.000 muertos» o “Somos la segunda economía que más creció en el mundo después de China” se llevó puesta la palabra despojándola de todo significado, y arrastrando tras de sí a la tan mentada Investidura Presidencial. En síntesis, con su verborragia desfachatadamente desordenada e incoherente, muchas veces inspirada por la farmacia, dejó vacante el sillón de Rivadavia, sin haber levantado el culo de éste ni una sola vez.  

 

Hoy sin embargo debería llamarnos a la reflexión cómo es que ha sido posible que este tipo haya terminado siendo Presidente de la Nación. Si ahora parece que llegó solo al Gobierno y todos miran para otro lado. El período anárquico Cristino-Albertista no fue solo una mala decisión, esos cuatro años de locura con la Nación a la deriva abrieron las puertas a una de las crisis más duras que mi generación (tengo 52 años) recuerde, en medio de la cual nos encontramos en este preciso instante. Por eso hoy, perdernos en la telenovela obscena de Alberto Fernández, es un error en el que no deberíamos caer. La gestión de Alberto – Cristina – Massa fue tan desastrosa, que no hace falta ver el video de Tamara Pettinato, ni conocer la denuncia de Fabiola, ni estar al corriente del expediente de la Causa por los Seguros en la que está involucrado el ex-presidente , para entender que una tragedia inmensa nos ha llevado por delante.   

Es por causa del deterioro que le han generado a las Instituciones de la República tipos de esta calaña, que hoy estamos rodeados de personajes que creen que se pueden limpiar las partes con éstas. 

 

Cómo llegó ese tipo a la Casa Rosada, es la pregunta a la que debemos hallar una respuesta.

 

El 55% de pobres, el casi 20% de indigentes, el 265% de inflación interanual, la producción industrial en jaque, el desempleo, la educación y la salud pública en ruinas, merecen que aprendamos algo de esto. 

 

¿Quién se va a hacer cargo de la cuenta? 

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