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Bitácora de un invierno frío / Por Emiliano Damonte Taborda

Tiros en el pie, errores groseros (y gaseros) de gestión y el fin de la Guerra contra la Casta marcado por el espectacular aterrizaje de Guillermo Francos consiguiendo el dictamen de la ley de Bases en el Senado con un show de política Old Fashion 

Por Emiliano Damonte Taborda

Guillermo Francos y Martín Menem presentaban la Ley de Bases original
Guillermo Francos y Martín Menem presentaban la Ley de Bases original

Un crudo invierno

Se trata más de una cuestión de tono, hasta que se empieza a chocar contra el fondo. En El Aguijón y en Redes de Noticias siempre decimos que nos interesa mucho el sector energético porque tiene cualidades que lo transforman en un excelente parámetro de gestión. 

Principalmente se trata de un sector en el que las manifestaciones materiales de los errores se hacen evidentes de manera casi inmediata. Esta característica está vinculada a la naturaleza misma de la generación, distribución y consumo, pero se encuentra acentuada por la acumulación de desatinos y regulaciones absurdas con las que se ha minado todo lo vinculado a la energía en Argentina. En otras palabras, el estado de cosas es tan catastrófico que cualquier cagada adicional se manifiesta inmediatamente, sin red de seguridad, sin espalda, sin un colchón para amortiguar. A cada macana, le corresponde una consecuencia fácilmente vinculable y evidente. 

Simplemente nadie pensó que en invierno iba a hacer frío y no se compró gas. Tal vez, y solo tal vez, alguien pensó que el gasoducto Néstor Kirchner en construcción y funcionando parcialmente podría cubrir el pico de consumo que traería el frío, tal vez alguien pensó que no haría tanto frío, pero lo más probable es que nadie haya pensado en nada. Alguno me dirá que el año pasado Sergio Massa pensó antes del otoño y terminó comprando carísimo, al igual que durante la gestión de Martín Guzmán cuando la guerra entre Rusia y Ucrania les explotó en la cara mandando a las nubes el precio del gas que habían demorado en comprar ocupados en chicanas entre la Secretaría de Energía camporista y el Ministerio de Economía, y si alguno nos dice eso le tenemos que decir que tiene razón. Pero que nadie “la vio” en el gobierno de Milei este año, nadie la vio. Por eso hace unos días, tras un verdadero desplante de Petrobras que no quiso descargar un buque gasero en Campana porque la documentación estaba mal confeccionada, unas 100 fabricas del norte de Buenos Aires y el sur de Rosario se quedaron sin gas. Un papelón al nivel de los Federicos Bernal y Basualdo del kirchnerismo, que sin dudas se hubiera podido evitar comprando a tiempo, o con una buena relación con el Gobierno de Lula Da Silva. Nadie me saca de la cabeza que llevarse bien con un socio estratégico es mejor que llevarse mal, y que hablando se entiende la gente, pero solo cuando hay diálogo. 

Nunca es bueno que se venza la leche

La leche tiene muy buen nombre y buena prensa. Es un símbolo de lo que hace bien, por eso que se te pudra por negligencia es un lío que tiene un contenido simbólico enorme. En el momento mismo en el que el Gobierno puso al centro de la atención pública el desastre mafioso del sistema de intermediación de las “organizaciones sociales” por los planes sociales, en ese mismo momento les explotó el escándalo de la mercadería parada por meses en depósitos y a punto de vencer. Un tiro en el pie innecesario. Estoy convencido que no se trata de una cuestión ideológica sino de purísima impericia y falta de gestión, sobre todo en un mecanismo que todavía gira con partes del massismo y el kirchnerismo. Subestimaron el monstruo que están enfrentando, y sobre todo dejaron sin comida a un montón de gente. Había unos 1600 comedores inexistentes, lo entendemos y nos indigna; pero había también otros 1700 que si existen, y a esos había que proveerlos según las necesidades del momento y de acuerdo con el relevamiento que llevó a cabo el mismo Gobierno.

Guillermo Francos y el armisticio con la Casta

La ley de Bases había arrancado allá por diciembre como para comerse la cancha. Rebotó, se tranformó en decreto limado, pasó por diputados ya recontra pasada por agua y llegó al Senado, donde fue descuartizada y quedó anclada en el limbo de las comisiones por semanas, hasta que Guillermo Francos decretó con su intervención el fin de la Guerra contra la Casta y negoció con todos, al mejor y más rancio estilo político. Se hicieron concesiones y se otorgaron privilegios de todo tipo, y a esta altura, lo único que se espera es que la ley, cualquiera esta sea, salga, como señal de presencia política de un Gobierno al que empieza a quedarle corta la popularidad. El Pacto de mayo fue una cortina de humo que tiró el Presidente en Febrero cuando la ley se complicaba, que terminó transformándose en testimonio de una derrota política bastante contundente. Un tiro en el pie innecesario. 

Salutación

La inflación retrocede de la mano de una creciente regulación y va dejando lugar a otros monstruos, como la desocupación y la recesión. También retrocede la actividad industrial alejándonos de la recuperación en forma de V que se esperaba. La salida será lenta, pero será mucho menos dolorosa si el Gobierno cambia el tono de su discurso y comienza a gestionar. La llegada de Francos parece ser un buen augurio. Mientras tanto aumentó la nafta y llega la quita de subsidios y la adecuación tarifaria de la energía, así que ojo con el auto y sobre todo hojaldre con la calefacción, la estufa o lo que sea que caliente (eléctrico o a gas es más o menos lo mismo), apaguemos las luces de los ambientes donde no hay nadie, no compremos pescado podrido de ninguna pescadería que las fábricas de relato están más activas que nunca, y tratemos de encontrar en nuestras vidas / economías aquellos indicadores que nos permiten entender rápido si algo nos sirve o es una pérdida de tiempo. 

Solidaridad, empatía, respeto por la dificultad del otro, generosidad y paciencia, espíritu crítico que más no se pueda, ojos abiertos y equilibrio emocional, les augura El Aguijón.

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