«Este es el segundo mes consecutivo que vamos a cobrar lo mismo que en diciembre, cuando terminó nuestra paritaria. La paciencia tiene un límite», lanzó el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, en la puerta del Ministerio de Trabajo. Fue el último jueves, minutos antes de confirmar el paro total de actividades en los bancos de todo el país para este jueves 23 de febrero y durante 24 horas. Si los empresarios no revisan su oferta, desde el gremio amenazan con intensificar las medidas.
«Hemos estado conversando pero claramente todo se entorpece cuando llegamos a los números y el sector empresarial dice que no puede aunque sí podría hacerlo», opinó al término de la cuarta audiencia en la cartera que comanda Kelly Olmos. La próxima cita entre las cámaras empresariales y el gremio será el lunes 27 de febrero, después de la medida de fuerza.
Desde el gremio bancario, afiman que hoy el mayor obstáculo para alcanzar un acuerdo con los bancos parece ser la compensación por el pago de Ganancias que reclaman desde el gremio más que el porcentaje de aumento salarial 2023, publicó Ahora.
«Nosotros entendemos que previo a discutir porcentajes -que desde Bancaria ya saben que siempre vamos a discutir, como mínimo, el porcentaje de la inflación y un poco más también-, hay que resolver primero la cuestión de la compensación por lo que pierden los trabajadores por Ganancias. Si no, se vuelve distorsivo, ya que tendríamos que discutir un porcentaje bastante alto considerando lo que se lleva del salario el pago del impuesto», afirmó Sergio Palazzo en declaraciones a El Cronista.
«Hemos alcanzado una postura comú trabajadores de bancos públicos y privados. Es un por el conjunto de los trabajadores del sindicato. Y en la reunión con las cuatro cámaras y el Banco Central, más la directora nacional de Negociación Colectiva del Ministerio, los bancos siguen insistiendo con que es un tema tributario, que lo tiene que ver el Gobierno y no les corresponde a ellos. Hoy el principal negocio de los bancos son los títulos públicos por oferta pública que no pagan impuesto a las Ganancias. O sea que ellos no pagan este impuesto y los trabajadores sí. Se da una situación bastante injusta», agregó.
«Lo que nosotros decimos -agregó- es que a partir de ese ahorro de no pagar Ganancias sobre títulos públicos más otros ahorros que se vienen produciendo luego de que muchas personas quedaron haciendo teletrabajo y tienen menos gastos de servicios, infraestructura e inmueble, las empresas tienen margen de acompañar esta situación a través de algún tipo de bono compensatorio por esta pérdida de poder adquisitivo. Además tercerizaron un montón de tareas que significan menos plata en salarios porque son trabajadores que están por fuera de nuestro convenio».
«Los bancos obtuvieron $65.000 millones de ganancias en el primer trimestre; $68.000 millones en el segundo y $196.000 millones en el tercer trimestre. A su vez, tienen entre sus activos, $12,5 millones en títulos públicos, entre 2019 y 2022, que no pagan impuestos a las Ganancias. Nosotros decimos que vuelquen esos beneficios en que el trabajador no pierda el poder adquisitivo. Sobre porcentajes salariales no hemos hablado aún pero La Bancaria tradicionalmente ha buscado quedar un poco por arriba de la inflación (Nota del editor: más tarde ese día, los bancos luego dejaron trascender una propuesta de 29% en tres tramos, de enero a mayo, que habrían puesto sobre la mesa)», agrega el dirigente sindical.
Por otra parte, el legislador y sindicalista afirma «siempre lo hemos planteado, buscar soluciones, pero nunca las hemos encontrado. Solo que esta vez nos hemos topado con dos cuestiones: por la modalidad del impuesto a las Ganancias y la nominalidad que adquieren nuestros salarios producto de una inflación alta, los trabajadores que pagan Ganancias en nuestro sector ya no arrancan por el primer tramo sino que empiezan a pagar un 27% sobre el excedente, que sería casi la penúltima columna. Entonces un salario que presumiblemente podría decirse alto, de $ 500.000, termina siendo, en la práctica, un salario de $ 300.000, que es menos del equivalente a dos canastas de pobreza en la Argentina. Un laburante no debería pagar impuesto a las Ganancias en este momento con esta cifra porque no es un trabajador que sea rico. Y eso sin dejar de lado el concepto de que el trabajo no es ganancia».