“Un pacto educativo sería un primer punto no negociable entre todas las instituciones”, respondió el sacerdote Néstor Toller, párroco en la Iglesia “Nuestra Señora del Valle” de Concordia, al ser consultado por la convocatoria a una concertación que ha realizado el intendente Francisco Azcué.
Aclaró, en el inicio de la entrevista con la emisora de El Entre Ríos en Concordia, que “estamos al tanto más bien por las noticias”. Sí, afirmó: “lo vemos necesario, de plantarnos y juntarnos para lograr un consenso, en esta crisis que estamos atravesando. Necesitamos estar unidos y tener unos puntos en común que no negociemos para esta necesidad que vive la ciudad”.
Sobre la actual gestión municipal, el sacerdote dijo: “creo que lo vienen haciendo muy bien en la parte del capital humano con un relevamiento serio. Mientras no tengamos un diagnóstico serio de la crisis, de la dimensión, no podemos avanzar. Creo que lo está haciendo muy bien. Sólo desde los datos podemos partir para dar recetas y verdaderas soluciones”.
La educación, primero
Interrogado sobre un punto de partida posible, opinó: “si pudiéramos hacer un pacto, como lo planteó en campaña el intendente con el narcotráfico, para internar desalentar o poder, sobre todo, prevenirlo”, dijo que es necesario: “un pacto educativo. Sería un primer punto no negociable entre todas las instituciones”.
Abogó por abordar la educación “como amplitud desde los clubes, la Iglesia. Se educa desde tantos ámbitos. Se nos ha metido tanto, tanto el narcotráfico, más que la pobreza me duele el estrago. No se le puede poner palabras a lo que está haciendo la droga en nuestros jóvenes y niños. Ese tiene que ser un paso fundamental”, mencionó.
“Que no se un pacto para encubrir, que es un riesgo, que usen una pantalla que nos convoquen con buenas intenciones, que el objetivo sea bueno”, pidió y amplió: “un pacto toca tu compromiso vital por el bien común y para los más pobres”.
-¿Cómo caló la droga en el barrio?
-Si estamos por meternos en el tema droga tenemos que ser muy sinceros. Miraba lo que hablaba el papa Francisco sobre que el tiempo es superior al espacio. El tiempo como una posibilidad, la crisis como una posibilidad, el tiempo como un horizonte hacia dónde ir. Comenzar procesos. Todo el cambio que está iniciando en la Iglesia tal vez él nunca lo vea, el espacio tiene que ser más grande que el poder. El tiempo de iniciar procesos tiene que ir más allá de los egoísmos. Para bien propio o pactos escondidos, corremos un riesgo muy grande.
En búsqueda de la dignidad
“La alimentación es un reclamo constante, nuestra gente quedó en eso. Son unos cuantos años desde que inició la democracia”, respondió ante la pregunta en “Despertá con Nosotros” (lunes a viernes de 7 a 9 por www.oidmortalesradio.com.ar).
Un punto fundamental “es cómo ayudamos a que la gente trabaje, a motivarla. Ves que la gente sale hasta de noche en el carrito. Hay cultura. El tema es que está tan viciado, si todo es clientelismo seguimos alimentando lo mismo”, advirtió y preguntó: “de qué manera generamos posibilidades para que la gente humilde puede dar un paso hacia su verdadera dignidad”.
“Sí, se puede sostener esta parte transitoria, pero hace cuánto que estamos en esto”, dijo sobre la asistencia diaria para la comida a la que recurren decenas de concordienses. “No hay una política laboral, hay que convocar a la parte gremial y a las empresas. En San Miguel tenemos más de 110 personas haciendo talleres. Eso es pensar en procesos a largo plazo, en la verdadera dignidad”.
Dijo, en tal sentido, que la clave está en que “hay que invertir. No dimensionamos la enfermedad social en la que estamos. Es gravísima. Lo entiendo al padre Servín y otros que se jugaron por la ciudad y se terminaron muriendo del corazón. La semana pasada me tocaron dos suicidios por adicciones y uno era hijo de alguien que venía a la parroquia, que estaba saliendo del alcoholismo y eso me atravesó la semana”, lamentó profundamente.
“Eso me hace salir al barrio y decir: ´cómo podemos darles la mano a los jóvenes´. En Santa Rita empezamos apoyo escolar y los adolescentes de 13 y 14 años no faltan nunca. Un espacio donde son escuchados, motivados, pueden jugar y tienen su mochila. Es el camino y uno sabe que comienza el proceso, ya se sumaron 5 ó 6 personas y ya sabemos que a esos jóvenes los rescatamos del narcotráfico”, ponderó.
Lo que es peor que la pobreza
Toller, en la continuidad del diálogo con la emisora de El Entre Ríos, planteó que “otro de los temas que dice el Papa Francisco es que la realidad es superior a la idea. Estamos tan envenenados por las ideológicas, venimos de una quiebres muy fuertes entre clases sociales, colores, y criollos y no criollos. El otro es mi hermano, el amor de Dios es muy fuerte”, resaltó y citó a Madre Teresa de Calcuta que “decía que la peor pobreza es la indiferencia”.
Entonces, recordó que al hacer la experiencia del barrio, “se te queman los papeles. Si es a la hora del éxito, parece que en 3 años no logramos nada. El sábado no volvieron a robar y, si dejás brotar tu humanidad, te explota la bronca”, admitió pero agregó que “el barrio empezó a involucrarse y uno ve que está sucediendo algo más profundo, pero sólo te lo da cuando vas al barrio. El barrio está educándome a mí. No puede seguir hablando desde afuera”.
La humanidad está en el barrio
-¿Por qué fortalezas, que tiene esa comunidad que usted recorre, puede empezarse a despertar las ganas de avanzar en ese pacto?
-El grado de humanidad que tiene nuestra gente es precioso, en todos sus sentidos. Vemos las noticias, pero cuando caminás, el barrio te transmite respeto. Estos días andaba alguien en una camioneta, lo paró un misionero, le preguntó y respondió: ellos andan con Dios. Jugamos a la pelta con lo niñitos, tal vez no logramos nada objetivo, pero lo que se está imprimiendo con ello es grande. Hay una solidaridad que no sabés. Está viva en el barrio, de eso se retroalimenta. Lo que pasa es que no tienen la posibilidad.
Al respecto, amplió que este lunes fue a dar testimonio en la misa una señora que contó “que una mamá fue a las 4 de la mañana a trabajar a la frutilla y dijo: ‘es que hay que arrastrarse, amar la vida’. Hay unos valores muy ricos en el barrio, pero no hay nadie que le tire la mano”, lamentó.
Para finalizar, anticipó que los sacerdotes mantendrán próximamente una reunión con el Obispo Diocesano de Concordia, monseñor Gustavo Zurbriggen. “Vamos a tratar de plantearlo desde un ámbito laical. Necesitamos laicos muy formados, con muchos valores y capacidad que no se negocien las cosas de fondo”, anticipó y pidió que “se pueda convocar a muchas iglesias porque el trabajo en el campo lo hacen las instituciones intermedias”.
Fuente: El Entre Ríos.