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Preocupación por la perspectiva de una nueva sequía a partir de septiembre

Tras una de las peores sucesiones de sequías de la Historia registrada atravesamos un remanso de lluvias abundantes estimuladas por el fenómeno del Niño, sin embargo este comienza a llegar a su fin y según mediciones es muy probable que el sistema de la Niña, que provoca lluvias por debajo de la norma en nuestra región agroproductiva más destacada, vuelva a instalarse a partir del cuarto trimestre de 2024.

 
El fenómeno de La Niña está asociado a sequías en nuestra región

El fenómeno de La Niña está asociado a sequías en nuestra región

 

La sequía que asoló a la Argentina en 2022/2023 no será fácil de olvidar, por este motivo se mantiene un monitoreo constante sobre el comportamiento de dos fenómenos climáticos que tienen directa incidencia sobre el régimen de lluvias en nuestra región: El Niño y la Niña, vinculados directamente a las corrientes y las temperaturas del océano Pacífico. El último informe agrometeorológico del INTA informa que existen importantes probabilidades de que la Niña se instale a partir del cuarto trimestre de 2024, generando nuevamente escasez de lluvias. 

Niño y Niña, sequía y régimenes de lluvias
“Para el trimestre febrero-marzo-abril, todos modelos indican un debilitamiento de los valores cálidos de la temperatura del océano Pacífico Ecuatorial. Se espera que El Niño continúe presente durante lo que resta del verano e inicio del otoño, con una transición hacia la fase neutral del ENSO a partir del trimestre abril-junio. Posteriormente, la mayoría de los modelos coinciden en indicar la continuación del enfriamiento del océano Pacífico central. De esta manera, hacia julio-septiembre 2024 la mayor probabilidad (más del 60%) se asigna a la fase La Niña”, se detalla en el informe del INTA.
El Niño y La Niña son fenómenos climáticos naturales que alteran los patrones meteorológicos globales y están asociados con la variabilidad climática conocida como la Oscilación del Sur (ENOS). El Niño se caracteriza por un calentamiento de las aguas superficiales del océano Pacífico ecuatorial, lo que desencadena en un aumento de las precipitaciones en algunas zonas. Por otro lado, La Niña implica un enfriamiento inusual de estas mismas aguas, lo que conlleva sequías en algunas regiones, especialmente en el Pacífico tropical y partes de América del Sur.
“La proyección indica que se podría enfriar el océano Pacífico de acuerdo a ese multimodelo, que es el más avanzado en el seguimiento de la temperatura de los océanos. No obstante, eso no nos permite saber cómo va a ser el comportamiento de las lluvias en las distintas regiones”, explica el especialista Pablo Mercuri, director del Centro de Recursos Naturales del INTA.
Con cautela, comprendiendo que estamos hablando de fenómenos de alta complejidad, los profesionales del INTA advierten que aún en el caso de una nueva Niña, el régimen de lluvias puede verse afectado de diferentes modos, por lo que hacer predicciones precisas en imposible, sin embargo en nuestra región, en general, el fenómeno de la Niña está relacionado con escasez de precipitaciones en diferentes grados.

Implementar una gestión integral del agua

El INTA destaca la necesidad de implementar una gestión integral que apunte a conservar el agua en los suelos y las cuencas, considerando el modo en que las sequías vienen afectando al sistema agroproductivo en nuestro país. Sin dud

Carlos Zotelo, climatólogo del Conicet, plantea que para septiembre los modelos dan que puede comenzar La Niña, pero aclara: “Esto puede variar porque las últimas tres veces en las que se pronosticó La Niña, los modelos indicaban un cambio a El Niño, lo cual no sucedió hasta el último año”. Por esa razón, comenta que no se puede estar del todo seguro de que vaya a venir una Niña.

“Cuando se elaboran estos modelos probabilísticos para prever la evolución de El Niño, a medida que nos alejamos del presente, la confiabilidad del modelo disminuye. A un mes, el porcentaje de acierto es alto; a tres meses, disminuye, aunque sigue siendo confiable. A partir de entonces, los modelos son más bien exploratorios”, añade.

 

Explica que cuando se acerca el final del fenómeno El Niño comienza a surgir agua fría desde las profundidades, lo que sugiere que este fenómeno climático está llegando a su fin. Sin embargo, aún persiste un calentamiento en las aguas oceánicas frente a la costa de Perú. “Hay señales de que se está debilitando gradualmente y que se espera una transición suave hacia la neutralidad”, menciona.

 

“Al corto plazo vamos a seguir con el fenómeno El Niño, el cual ya pasó por su momento de máximo esplendor, que lentamente se va a ir apagando. Lo vamos a tener presente por lo menos dos meses más. Después vamos a ir a una transición suave, es decir a una neutralidad que se va a mantener por lo menos durante un trimestre”, concluye.

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