Los jóvenes radicales conmemoraron la revolución al cumplirse los 125 años de su gesta en aras de conquistar la democracia y la república, cercenadas por el régimen oligárquico que conducía los destinos de la nación a través del fraude y la violencia.
“Pese a haberse solicitado con mucho tiempo de antelación, el comité provincial intento impedir la realización del acto, y cinco horas antes del mismo informó que los equipos de sonido e imagen se ‘habían prestado’ y que el partido iba a ser utilizado para guardar las boletas, que al final no llegaron. Por lo que el acto fue realizado a viva voz y sin presencia de autoridades partidarias”, informaron desde la JR en un comunicado enviado a esta Agencia.
“125 años después resulta necesario volver a los principios de la revolución del 1890.La revolución del parque trajo como consecuencia el resquebrajamiento del poder oligárquico y conservador, pero a su vez no logro terminar con aquel régimen. Poco tiempo después, los sectores acuerdistas, que utilizaron la revolución para intereses mezquinos sectoriales, bajo en concepto de cambiar los hombres que sostenían el poder, pero no la forma de aquel poder, su esencia y concentración, sumándose aquellos rápidamente al calor del poder.
La revolución del 26 de julio de 1890 no hubiese tenido el significado profundo en la construcción de nuestra república si no hubiera contado a posteriori con sus mejores valores, esos que fueron llamados ’radicales intransigentes’”.
“Leandro Alem diría, contundente como siempre, ‘las armas quedaron en el parque, pero la revolución vino con nosotros’. Su espíritu rebelde y principista permitiría el triunfo de aquella gesta que encontró su mayor fortaleza no en el plomo de las balas, sino es la sangre y el corazón de los que tenemos este espíritu que nadie puede matar, y que llamamos radical. La creación de la UCR es la consecuencia lógica y necesaria de la revolución, y medio necesario para su futuro triunfo. Al cumplirse el 125 aniversario de la gesta histórica, sólo cabe reafirmar el legado de aquella acción revolucionara, donde quedó grabado a fuego para quienes continúen el camino de un principio ético, inalterable para los tiempos: ‘La Causa contra el Régimen’”.
“Recordar la revolución del parque como un simple hecho, lleno de datos muertos, no tiene ningún sentido. La revolución del parque fue el impulso y legado moral que dio nacimiento al radicalismo y que lo obliga a no ser simplemente un partido en pugna por cierta cuota de poder, sino que lo convoca, para no ser ajeno absolutamente a su espíritu, a ser esta gran causa contra el régimen, esta causa de los desposeídos. Podemos Construir panteones. Podemos poner placas. Podemos Hacer monumentos. Podemos agitar banderas y escribir discursos. Pero si en nuestras acciones, no somos contundentes y fervientes defensores de la república, de la justicia social, de la libertad, de la división de poderes y de la democracia, si en nuestro accionar no se refleja en definitiva en espíritu ético y moral de la abnegada lucha iniciada por Alem y cristalizada por Hipolito Yrigoyen, entonces no habremos hecho un verdadero homenaje a los caídos en aquella revolución principista y popular y habremos abandonado las banderas que nos dieron origen”.
