Esencialmente se ha buscado mostrar que si gana el adversario no hay país posible e iremos directo a una catástrofe, argumento que considero falaz, no creo jamás en las campañas de miedo y por principio desconfío de quien las impulsa
El miedo a equivocarse es grande y la campaña se ha transformado en una guerra de posteos y tweets, falsas noticias de una calidad espeluznante y tomas de posición que las más de las veces espantan. Es que en esta campaña se trata de capturar al que no votó a ninguno de los dos que quedan en carrera; por eso Massa aparece con un fondo blanco e impoluto, y Javier Mieli escondió a Fátima.
Más que nunca el voto indeciso se va a definir en los últimos momentos, sin dudas en algunos casos en el mismísimo cuarto oscuro.
Cisnes negros
Las dos elecciones previas dieron a luz “cisnes negros”; en las PASO sorprendió a todos Javier Milei alzandose con un porcentaje de votantes que nadie previó; en las generales del 22 de octubre Sergio Massa obtuvo con un resultado que le dio una diferencia del todo inesperada respecto al mismo Milei que incluso retrocedió en termino de votos totales.
¿Cuál sería el cisne negro en el ballotage?
He dejado de leer con seriedad las encuestas que, digan lo que digan, se han transformado en papers armados para generar tendencia y complacer clientes. Sin embargo son el único elemento con presunción de objetividad que tenemos para hacer un análisis previo. Estas están mostrando una paridad muy marcada entre los dos candidatos y una cantidad de indecisos que va del 4% al 13%. El otro número, al que nadie quiere mirar, es el de los votantes en blanco que oscila según el estudio entre el 4% y el 10%. Así las cosas, están dadas las condiciones para decir que “todo puede pasar”. ¿Entonces cuál es el factor que nadie está queriendo ver? El Cisne negro en este ballotage podría ser un número de votos nulos y votos en blanco extremadamente alto, algo que preocupa a ambos candidatos, que presienten que llegan muy apretados y que un puñado de votos puede definir la elección.
Fragmentación y desazón
La fragmentación política que generó el resultado de la última elección ha dejado a una parte muy importante de la sociedad sin un candidato que los represente. Los esfuerzos de los que quedan en pugna para pescar de ese universo han ido principalmente en dirección al miedo. Esencialmente se ha buscado mostrar que si gana el adversario no hay país posible e iremos directos a una catástrofe, argumento que considero falaz, no creo jamás en las campañas de miedo y por principio desconfío de quien las impulsa. En lo personal creo que ya estamos en una catástrofe hace rato, y que gane quien gane, lo que viene será extremadamente difícil y que en todos los casos habrá que encontrar puentes con las otras partes para poder resolver el berenjenal en el que nos encontramos. Las noticias sobre espionaje ilegal y corrupción de estas semanas, o ver a Milei declarando que no conversaría con el Presidente de nuestro principal socio comercial porque es un corrupto, no hacen más que profundizar un sentimiento de desazón que llevará a algunos a votar por el “menos peor” y a otros a votar en blanco o nulo, por no hablar de los que se quedarán en casa. Quedan diez días y es poco probable que el nivel de la discusión se eleve, las cartas parecen ya dadas, nos queda el debate del domingo, y la otra semana de nuevo a las urnas para terminar finalmente el proceso electoral más caro y largo de la Historia, que empezó allá por diciembre 2021, cuando Alberto cascoteado desde adentro, abdicó en favor de Cristina.
Dios salve a la República, que la salve de todos nosotros.