El aumento es apenas suficiente para cubrir las necesidades de las empresas de transporte a los costos de junio del año pasado. Algo se le debe haber escapado al HCD a la hora de definir la tarifa.
Tal como habíamos adelantado, el boleto de colectivo en la Ciudad de Concordia empezó a costar 102 pesos a partir de las 5.00 horas del lunes. Lapalma había explicado que el aumento «ya había sido aceptado y comunicado desde Nación Servicios el mediodía del pasado viernes».
El pasado 23 de marzo el Concejo Deliberante había aprobado los nuevos valores. En acuerdo entre los dos bloques de concejales y los integrantes de la Cámara de Transporte, en esa oportunidad, se habilitó un aumento a $102 del Boleto único, que pasará a valer $110 a partir del 1 de julio.
El tema del boleto único de colectivo en la Ciudad de Concordia es un tema recurrente. El año pasado, a raíz del colapso de la línea 9 que dejó a pié a miles de Concordienses en un trayecto estratégico para el transporte público de la ciudad, surgió repetidamente el tema del valor del boleto.
Es que detrás de la trama novelesca que rodeaba el caso de la línea 9, se escondían hábilmente dos problemas fundamentales:
- La deficiencia de los controles de la Dirección de Transportes
Lo que llamó poderosamente la atención respecto al caso de la línea 9, fue que el servicio se cayera de golpe. El Municipio parecía sorprendido ante un colapso que debería haberse prevenido por medio de las herramientas de control de rutina. Los usuarios venían quejándose hacía meses de un servicio en caída libre.
- El problema de la tarifa “pisada” del boleto. Costos contra ingresos.
El 9 de junio de 2022, el mismo Lapalma había dejado en claro que «ahora tenés una tarifa técnica que debería estar rozando los 100 pesos», por lo que el aumento que generosamente aprobó el Concejo Deliberante el 23 de marzo de 2023, apenas alcanzaría a cubrir las necesidades de las empresas de transporte a junio del año pasado. Las tarifas aprobadas por el HCD no responden a las necesidades de funcionamiento de las empresas.
El ajuste tarifario realizado, sigue siendo un parche miserable que permite el funcionamiento mínimo de las empresas, obligadas por compromisos varios a funcionar bajo este esquema. La realidad, con la que siempre hay que hacer cuentas, nos enseña que las consecuencias materiales de las decisiones tomadas, especialmente cuando se trata de colectivos, nafta y personal, siempre terminan llegando. Mientras tanto, con el 104 por ciento de inflación, la política sigue definiendo precios que nadie puede considerar serios.
