Dos meses le bastaron al condenado narcotraficante Gonzalo Caudana para generar hechos de violencia e incumplir con las reglas de conducta que le impuso el Tribunal Oral Federal cuando le concedió el beneficio de la libertad asistida.
Eso motivó al fiscal José Ignacio Candioti a solicitar no solo que se revoque la libertad asistida, sino la detención del narcotraficante paranaense en la unidad penal, según lo confirmó el propio titular de la acusación pública a EL DIARIO. Candioti, que en su momento se había opuesto a la libertad asistida, reiteró que Caudana representa un grave riesgo para la sociedad.
La saga de hechos violentos en los que estuvo involucrado Caudana ocurrieron el último viernes: en momentos en que debía estar trabajando, el narcotraficante intentó secuestrar a una nena de 11 años frente a una escuela y luego protagonizó un intenso tiroteo con allegados a otro líder de una banda narco en el barrio Antártida Argentina.
Eso motivó la instrucción de una causa en la justicia provincial, que lleva adelante la fiscal Jimena Ballesteros.
Ahora se sabe que ambos hechos, que trascendieron públicamente pero por separado, están relacionados: la nena es hija del jefe narco con el cual Caudana dirimió a los tiros una disputa territorial. Y todo ocurrió en un horario en el que Caudana debía estar cumpliendo actividades laborales en la fábrica de hielo que montó en avenida Jorge Newbery, según él mismo se lo hizo saber al tribunal oral.
El fiscal Candioti había dicho el lunes que esperaría a recibir las actuaciones policiales y judiciales antes de formalizar un planteo ante la jueza de ejecución del tribunal oral, Noemí Berros. Ayer, luego de analizar la documentación remitida desde la justicia provincial, solicitó la revocatoria de la libertad asistida para Caudana. El informe se sostiene en tres ejes: la denuncia formulada por la madre de la menor a la que el narcotraficante intentó secuestrar, el tiroteo con los soldaditos de otro jefe narco en el barrio Antártida Argentina y el hecho de que fue visto en inmediaciones de la escuela y luego identificado por la Policía en avenida Ramírez y Sarobe en un horario en el que debió estar trabajando.
BENEFICIO Y POLÉMICA
La libertad asistida es un derecho que tienen aquellos condenados que por algún motivo no obtuvieron la libertad condicional –a Caudana se le otorgó dos veces, pero luego le fue revocada– y solo podrá rechazarse de manera excepcional cuando su egreso signifique un peligro para el condenado o para la sociedad, según lo dispone la ley.
Caudana quedó en libertad a mediados de abril.
Había sido detenido el 23 de julio de 2009, en Santa Fe, en un megaoperativo que desarticuló a buena parte de la banda, ya que también cayeron su hermano José, una prima, su pareja, parientes de ella y otras personas. El 10 de mayo de 2011 fue condenado como autor del delito de transporte y comercialización de estupefacientes en concurso real, recibió una pena de 6 años de prisión y se le impuso una multa de $1.000. El 9 de abril del año pasado sumó una tercera condena, esta vez de 1 año de prisión efectiva por tenencia ilegítima de estupefacientes (cocaína y marihuana) mientras estaba detenido en la unidad penal. Esa pena se le unificó en una condena única de 6 años y un mes de prisión y expira el 22 de agosto de 2015.
A pesar de la oposición del fiscal, la jueza Noemí Berros le concedió a Caudana la libertad asistida, aunque con algunas restricciones: le fijó un domicilio en el que deberá permanecer en horario nocturno, entre las 21 y las 7; no salir de Paraná; deberá trabajar en la fábrica de hielo; no podrá consumir alcohol ni drogas y tampoco frecuentar a personas que consuman o trafiquen con estupefacientes; y no podrá concurrir a espectáculos públicos de “asistencia masiva”. Además, deberá realizar, como regla de conducta, tareas comunitarias no remuneradas en favor de la cárcel de Paraná una vez por semana durante dos horas por cada vez.
DISPUTA TERRITORIAL
Dos hechos casi simultáneos podrían mandar nuevamente a Caudana a la cárcel. De fondo, sin embargo, hay una disputa por el negocio del narcotráfico.
El viernes, poco después de las 13, una niña vio a un VW Bora azul con dos hombres en su interior que intentaron atraparla frente a la Escuela Del Centenario. Luego, uno de ellos descendió del vehículo y la llamaba con la mano, a través de la reja perimetral del edificio, e inclusive habría intentado ingresar al establecimiento. La nena volvió a ingresar, se refugió en la biblioteca y avisó de lo sucedido a las autoridades de la escuela, que se comunicaron con la madre. Tras retirar a su hija de la escuela, la mujer denunció el hecho ante la fiscal Jimena Ballesteros y en su declaración dejó constancia de que la niña había reconocido a Caudana.
Enseguida, la Policía montó un operativo para localizar al automóvil señalado por la niña. Simultáneamente, vecinos de calle República de Siria denunciaron al Servicio 911 un intenso tiroteo entre los ocupantes de un Bora azul (patente GFF-121) y personas jóvenes de la zona. El vehículo fue interceptado por una patrulla en Ramírez y Sarobe. Al identificar a sus ocupantes, descubrieron que uno de ellos era Caudana. El auto fue revisado, pero como no encontraron armas ni se constataron irregularidades en la documentación, les permitieron continuar, publicó EL DIARIO.