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Alberto Fernández resiste a las presiones para que defina ya si irá por la reelección e insiste con una PASO para resolver la interna

Sergio Massa fue uno de los últimos en llegar el martes por la noche a la residencia de Olivos para sumarse a la reunión de Alberto Fernández con intendentes del peronismo de la primera y tercera sección electoral de la Provincia. El ministro de Economía, que se sentó al lado del mandatario, en la silla que le habían guardado especialmente, le pidió al Presidente que defina si finalmente irá por la reelección. El jefe de Estado no estuvo de acuerdo con esa apreciación e insistió en que hay tiempo por delante.

En el encuentro hubo faltazos de intendentes kirchneristas y reapariciones de otros, más cercanos a la Rosada. Los segundos enfatizaron que el pedido de Massa fue «en tono respetuoso» y que «en ningún caso fue un ultimátum» ni se habló de velocidades, como circuló en horas de la mañana.

El ministro de Hábitat Santiago Maggiotti sugirió en una entrevista con El Destape que los ejecutivos municipales también reclaman que Fernández decida su situación. «Los intendentes le pidieron al Presidente que defina si va a la reelección, en lo posible antes del día previo al cierre de listas», señaló el intendente en uso de licencia de Navarro, uno de los cuatro ministros nacionales y de origen bonaerense presentes en Olivos, además de Massa, Victoria Tolosa Paz y Gabriel Katopodis, quienes se sentaron en una cabecera con Fernández.

El mandatario insistió en la necesidad de mantener el Frente de Todos unido más allá de quién sea el candidato. En el Gobierno consideran que una definición anticipada podría afectar la gobernabilidad. El mandatario planea estirar su definición hasta mayo, el mismo mes en el que él fue ungido por Cristina Kirchner hace 4 años.

En una escenificación de unidad, Fernández encabezará este viernes un acto en Berazategui con Axel Kicillof, que no estuvo en Olivos, y con intendentes. Además, no está descartado un encuentro del Presidente con gobernadores antes del próximo jueves, cuando sesionará por primera vez la mesa nacional del oficialismo. Los intendentes de los distritos más populosos -y más alineados con el kirchnerismo- también podrían llevar allí una posición unificada.

Las versiones sobre lo sucedido en Olivos varían según a quien se consulte. Un intendente que no oculta su malestar con La Cámpora fue contundente. “Ninguno de nosotros le pidió definiciones”, señaló. Algunos de los funcionarios más próximos al mandatario también negaron ese relato.

Los únicos alcaldes del peronismo que hablaron durante la reunión fueron Mario Ishii, de José C. Paz; Juan José Mussi, de Berazategui; Javier Osuna, de Las Heras; y Mariel Fernández, de Moreno. La intendenta de Moreno, que pertenece al Movimiento Evita, había compartido en su distrito un acto por la tarde con el ministro del Interior Eduardo «Wado» de Pedro.

El Presidente no esquivó la interna a cielo abierto en la que está sumergido su Gobierno. “Si le seguimos pegando tiros al piso del bote nos vamos a hundir todos”, expuso el mandatario. Y reclamó frenar con los agravios cruzados entre todas las facciones del oficialismo. «Para criticarnos ya tenemos a los medios y a la oposición», dijo.

Fernández se refirió a la mesa del FdT que convocó para el próximo 16 de febrero en la sede nacional del PJ y expuso que el propósito es generar «un ámbito para que todos puedan verse las caras y compartir los diagnósticos». El kirchnerismo reclamó con los micrófonos apagados y encendidos que esa mesa sirva para discutir el rumbo general del Gobierno. Cristina y Máximo Kirchner no serán de la partida, pero en la Rosada insistieron en que en la calle Matheu estarán representados.

«Nos dijo que no había que esperar grandes anuncios o definiciones de esa instancia en esta primera reunión, al menos. Hay que bajar las expectativas desmedidas», relató un intendente sobre la exposición del mandatario. Fernández y sus ministros garantizaron que habrá fondos y obras para los municipios.

Según pudo reconstruir Clarín, el Presidente insistió en que las primarias pueden servir para dirimir las diferencias internas, una idea que irrita al kirchnerismo y también a varios gobernadores. «Si no nos ponemos de acuerdo hay que ir a una PASO para resolverlo, no hay que tenerle miedo a la PASO», dijo Fernández.

La misma idea expuso Tolosa Paz en una entrevista radial, horas después del encuentro. “La PASO está. Es la única forma para canalizar los matices”, señaló la ministra de Desarrollo Social en diálogo con la AM 530. Massa, en tanto, repitió frente a los jefes comunales mientras compartían un asado, que su función como ministro de Economía es «incompatible» con una candidatura.

El Presidente encabezó el encuentro con intendentes del peronismo exactamente una semana después de que Máximo Kirchner, Kicillof y Massa relanzaran en Merlo la mesa del Frente de Todos de la Provincia. El jefe de Estado no tuvo allí representantes directos, más allá de «la tranquilidad» que le transmitió la presencia de Maggiotti y Katopodis.

Como un espejo invertido, en Olivos no estuvieron varios intendentes de peso del cristinismo que sí asistieron a Merlo, como Mayra Mendoza (Quilmes) y Juan Ustarroz (Mercedes), de La Cámpora. Por motivos distintos los licenciados Leonardo Nardini (Malvinas), Gustavo Menéndez (Merlo), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y el ex ministro Jorge Ferraresi (Avellaneda) tampoco visitaron al  Presidente. Los últimos sí enviaron delegados.

Al revés, otros que no estuvieron en Merlo -y mantienen distancia con el cristinismo- sí se mostraron cerca de Fernández, como Juan Zabaleta (Hurlingham), Ishii y Andrés Watson, de Florencio Varela.

Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza, el distrito más poblado de la Provincia y bastión del peronismo, dio la nota: pegó el faltazo a los dos encuentros.

 

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